8 ideas que me cambiaron la vida (y que puede que te la cambien a ti también)

8 ideas Carmen Velarde blogdelabruja

 

Escribo este post en respuesta al ebook que Ángel Alegre nos envió a los suscriptores de su blog (viviralmaximo.net, si aún no lo conoces te animo a visitarlo) hace unas semanas en el que nos hablaba de las diez ideas que habían cambiado su vida y al mismo tiempo nos invitaba a compartir las nuestras. Después de varios días pensando sobre ello no he conseguido llegar a un número de ideas tan redondo como el suyo, pero como el ocho es mi número favorito -maniática que es una- no me siento culpable por plantarme aquí. Mejor publicar ocho ideas que no acabar publicando ninguna por estar esperando a conseguir la lista perfecta.

Quizá algunas de las ideas de las que hoy te hablo te sirvan para lidiar con una determinada situación personal, mientras que otras te serán más útiles para temas relacionados con el trabajo. En cualquier caso, si quieres aportar cualquier matiz o simplemente dar tu punto de vista sobre alguna de ellas tu comentario será bien recibido.

Y ahora sí, sin más preámbulos entremos ya en materia.

1. LO CONTRARIO DE LAS BUENAS OBRAS SON LAS BUENAS INTENCIONES

Hay un refrán popular que dice que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones, o lo que viene siendo lo mismo, que la intención no siempre es lo que cuenta. Supongo que es una idea que puede aplicarse a muchos ámbitos, pero desde que la leí por primera vez creí que lo más adecuado para mí era aplicármela en lo referente a mis proyectos personales. El concepto es básicamente el mismo que el último del que habla Ángel en su ebook en el apartado Real artists ship.

Reconozco que padezco cierta propensión al idealismo y hasta hace poco era de las que no quería publicar un post hasta que lo había releído y corregido mil veces. Las primeras semanas después de crear este blog las pasé obsesionada por encontrar el tema de WordPress perfecto y por probar mil configuraciones distintas en lugar de preocuparme por lo que realmente importaba: ¡escribir, escribir y escribir! Y si algo he aprendido después de tantos años de bloguear es que el peor post es aquel que no escribes. De nada sirve esperar a tener el logo perfecto o la mejor de las cabeceras; a andar se aprende andando y a bloguear, blogueando. O a lo que sea que quieres dedicarte. Y nadie lo hace bien a la primera. Así que no te escudes en ese supuesto perfeccionismo porque probablemente lo que haya detrás es miedo de tirarse a la piscina.

Mejor una sola idea puesta en marcha, bien o mal es lo de menos, que ciento revoloteando en nuestra imaginación.

2. FAKE IT UNTIL YOU MAKE IT

En 2002 me presenté a un casting en el que me preguntaron si sería capaz de saltar de cabeza al agua desde diez metros de altura y de hacer trompos con un coche. Le eché todo el morro del mundo y dije que sí haciendo gala de toda la seguridad en mí misma de la que fui capaz. Después me tocó formarme en la materia, pero ese día conseguí el papel por el que audicionaba y a raíz de ese casting pasé cuatro años muy emocionantes trabajando como especialista en espectáculos de acción, en series de televisión e incluso en algunas películas.

Cuando decidí dar el paso de cambiar de profesión para convertirme en ilusionista tuve claro lo importante que era meterme en el papel desde el principio e hice cuanto estaba en mi mano para parecer lo más profesional posible: invertí en material, tarjetas de visita y una web, y en diseñarme un vestuario específico para los dos espectáculos con los que comencé a trabajar.

Si hubiera esperado a ser una buena saltadora de trampolín o la mejor prestidigitadora del mundo antes de lanzarme a estas aventuras me hubiera perdido muchísimas experiencias únicas y muy gratificantes. Preferí ser un poco temeraria al respecto y dejar que la experiencia llegara con la práctica, como debe ser. Al fin y al cabo un experto es una persona que ha cometido todos los errores posibles en un campo determinado, y por otro lado para parecer un experto hay que ser un experto en parecerlo.

No me malinterpretes: desde que comencé con mis andaduras como maga y como especialista puse todo mi empeño en formarme lo mejor posible. Un poco de arrojo y temeridad, y algo de postureo por qué no, pueden permitirte que consigas un determinado trabajo, pero luego tienes que demostrar por qué estás donde estás. Dicen que las empresas normalmente te contratan por lo que pareces y te despiden por lo que eres en realidad.

3. NO SE TRATA DE LO QUE HACES, NI DE CÓMO LO HACES, SINO DE QUIÉN ERES: SI LES GUSTAS, LES GUSTARÁ LO QUE HAGAS (STEVE COHEN)

Del libro Convéncelos de Steve Cohen he sacado muchas ideas que he podido aplicar en distintos ámbitos de mi vida. Steve es un mago que en un inteligente movimiento de marketing decidió crearse fama como el «mago de los millonarios». Adecuó su estilo de vestir y de vida a lo que esperaban de él los selectos clientes a los que quería llegar. Hizo una apuesta arriesgada que le salió muy bien: actúa únicamente para audiencias muy selectas en una suite del hotel Waldorf-Astoria de Manhattan y en exclusivos eventos privados.

Como decía, de su libro he sacado muchas ideas estimulantes, pero sin duda lo que más me marcó fue descubrir que lo importante en la mayoría de los aspectos de la vida no es ni lo que haces ni cómo lo haces. Lo importante es quién eres, y si a tu público, a tus clientes, o a tus amigos les gustas, es mucho más probable que les guste lo que hagas o lo que les propongas.

Steve Cohen en este capítulo de su libro se centra sobre todo en la importancia de trabajar el carisma personal, pero yo añado mi lectura propia de la idea ya que creo que esta afirmación puede interpretarse también como la sugerencia de no perder de vista el hecho de que al final lo que importa son los contactos y las relaciones personales.

Si ahora mismo un conocido me preguntara si conozco a algún diseñador gráfico con talento para un puesto de trabajo  probablemente pueda recomendarle al menos a dos o tres. Pero si siento alguna conexión o afinidad algo más especial con alguno de ellos, aunque no sea un amigo íntimo, seguramente sea a ese al que acabe recomendando para el puesto de trabajo.

No se trata de intentar gustarle a todo el mundo, simplemente de no olvidarnos de que ese cliente, ese proveedor o ese lector es una persona, y si nos esforzamos un poco en mostrar un interés genuino por ella y conectar con sus inquietudes probablemente conseguiremos que la relación sea más beneficiosa para ambos.

4. NO IMPONGAS, SUGIERE: LAS PERSONAS CREERÁN ANTES EN SUS PROPIAS OPINIONES  QUE EN LAS TUYAS (STEVE COHEN)

Esta también se la debo al mago de los millonarios y ha cambiado mi forma de comportarme tanto con clientes como con personas de mi ámbito más íntimo.

Reconozco que soy muy testaruda y que cuando estoy plenamente convencida de algo me cuesta mucho morderme la lengua y no tratar de «evangelizar» a los que tengo alrededor para que entiendan, y compartan quizá, mi punto de vista.

Pero por muy brasas que seas y por mucho que insistas la gente tiene la mala costumbre de valorar más sus propias opiniones que las tuyas. No pierdas el tiempo intentando convencer a los que te rodean para que vean las cosas como tú. Si realmente te importa cambiar el punto de vista de alguien plantéale sugerencias que inviten a la reflexión y deja que sea él mismo el que llegue hasta la conclusión adecuada. Si no llega por sí mismo tampoco lo hará por mucho que tú le insistas.

En el mundo de las ventas se sabe que el cliente compra por sus propias razones, no por las que podamos darle nosotros. Por eso el vendedor profesional sabe que el que tiene que hablar es el cliente, y él solo abre la boca para preguntar en lugar de para argumentar.

5. LA COSTUMBRE ES MÁS FUERTE QUE NUESTRO DESEO DE MEJORAR

Aunque ese maldito refrán de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer no es ninguna novedad, para mí fue un verdadero shock descubrir hasta qué punto les puede a muchas personas la inercia de la costumbre frente al deseo de crecer y mejorar.

No soy capaz de llevar la cuenta de cuántos amigos de mi ciudad natal o compañeros de carrera que soñaban con una vida diferente acabaron finalmente replegándose ante expectativas más realistas -casarse, hipotecarse, tener hijos- solo porque era lo que se esperaba de ellos. Salirse del camino seguro, liarse la manta a la cabeza y mudarse de ciudad o de país da mucho miedo, sobre todo al principio. Abandonar una relación tóxica es mucho más aterrador que simplemente aguantar la tormenta y esperar a que las cosas cambien o vuelvan a ser como antes.

Pero a mí lo que más miedo me da es el hecho de estar atrapado en una situación que no me permite seguir creciendo y no tener el valor suficiente para ponerle remedio. Por eso desde hace algún tiempo he adquirido la sana costumbre de preguntarme a mí misma de vez en cuando: ¿soy realmente feliz o simplemente estoy cómoda?

6. A LA MAYORÍA DE LA GENTE NO LE GUSTA LA LIBERTAD PARA ELEGIR

Durante algunos periodos de mi vida he trabajado por cuenta ajena, pero después de un cierto tiempo -y para angustia de mi familia y seres queridos- siempre acabo dando la espalda a esos maravillosos contratos indefinidos  de catorce pagas anuales y volviendo a la vida freelance. No imagino más felicidad que la de poder elegir en cada momento con qué proyectos quiero colaborar, o la de poder decidir cada día mi horario o el lugar desde el que trabajo.

Por eso al principio me costaba tanto entender que hubiera personas que no desearan esa libertad tanto como yo. La libertad, al igual que los súper poderes de algunas películas, conlleva una gran responsabilidad porque hay que estar tomando decisiones continuamente y sufriendo o disfrutando en primera persona de las consecuencias. Y no todo el mundo está preparado para eso.

Cuando para tomar una decisión tenemos que elegir entre diferentes opciones nos angustiamos porque siempre pensamos que podemos estar eligiendo mal. Y esta angustia crece de forma proporcional al número de alternativas entre las que tengamos que decidir. Al fin y al cabo toda elección es una renuncia, y cuanto mayor es el número de cosas a las que renunciamos mayor es el temor de estar equivocándonos.

Si vas a tu tienda favorita a comprar un jersey que has visto en la web de la marca y te dicen que está disponible en blanco o en negro, sopesas durante unos minutos las posibles combinaciones que puedes hacer con cada color y finalmente tomas una decisión. Pero si al llegar te dicen que el jersey está disponible en blanco, negro, gris, marrón, azul y burdeos es posible -a menos que uno de estos sea tu color favorito- que te sientas un poco aturdido ante tantas opciones e incluso existen más posibilidades de que al final te vayas de la tienda con las manos vacías.

Por eso desde que asimilé esta idea cada vez que un cliente me pide presupuesto o formas de colaborar conmigo intento no mandar más de dos opciones o tres a lo sumo.

7. LIFE’S NOT FAIR, DEAL WITH IT

Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción. (Óscar Wilde)

La vida no es justa, y cuanto antes seas capaz de asumirlo sin hacer dramas mejor para ti. Vas a encontrarte con muchas personas que han tenido oportunidades que no se merecen (el mundillo de la interpretación está lleno de casos de este tipo) y con gente maravillosa a la que sin comerlo ni beberlo le toca pasar por situaciones terribles. No eches balones fuera culpando a la vida, la suerte o lo que sea de tus desgracias. La vida no te debe nada y lo que marca la diferencia entre unas personas y otras no es tanto las situaciones a las que se enfrentan como la forma que tienen de manejarlas.

Recuerda que aunque no podamos elegir nuestras cartas sí que elegimos la forma en que las jugamos, y que siempre nos será más beneficioso intentar encontrar el lado positivo de las cosas que nos ocurren -aunque no siempre sea posible- que desperdiciar el tiempo lamentándonos.

8. ESTO TAMBIÉN PASARÁ

El cuento de El rey ciclotímico -al que un sabio le regalaba un anillo con la inscripción Debéis saber que ESTO también pasará para ayudarlo a encontrar el equilibrio con sus cambios de humor- se me quedó grabado a fuego en la cabeza desde que me lo contaron por primera vez hace unos años.

Desde entonces el esto también pasará se ha convertido en una especie de mantra que me acompaña en todo tipo de situaciones. Me ayuda a poner en perspectiva los malos momentos y me apremia a disfrutar de los buenos antes de que se me escapen.

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Estas son las ocho ideas que han cambiado en cierta manera mi vida a distintos niveles. Si tú también tienes un blog y te animas a compartir las tuyas me encantaría que me dejaras un comentario con el enlace para poder leerlas.

12 respuestas a “8 ideas que me cambiaron la vida (y que puede que te la cambien a ti también)”

  1. Me han sido de gran utilidad, creo que debería aplicarme unos cuantos. Sobre todo el primero, me da mucho miedo empezar algo nuevo, cambiar,… siempre me pregunto «¿y si empeoro y la lío?, luego también está la familia, amigos,… que te convencen de que estás bien así, o de que tienes que hacer la vida es lo que hacen los demás y ya vas tarde. Intento no ser como los demás pero he de confesar que existe una gran presión.
    Admiro tu forma de ser y los cambios de profesión a los que te has atrevido. Es cierto que para que crean en tí, la primera que debe hacerlo eres tú. Intentaré aplicar tus consejos que si bien están escritos en muchos sitios, es desde uno mismo (desde dentro) donde se tienen que nacer.
    Te doy las gracias por este post puesto que estoy en un momento en el que me tengo que replantear de nuevo un cambio en la vida.

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  2. ¡Hola bruja piruja! digo bruja con tacones de aguja!

    Como ya me imaginaba con sólo leer el título, efectivamente son muy, muy buenas reflexiones. Si tengo que quedarme con una de todas ellas, me quedaría sin duda con «La costumbre es más fuerte que nuestro deseo de mejorar».

    Trato de lidiar con eso todos los días de mi vida 🙂

    Respecto a si yo también tengo un blog y me animo a compartir las mías, pueeeees, aquí viene mi súper Spam!

    Las 30 cosas que aprendí en 30 años: https://www.recomendacionesytendencias.com/30-cosas-que-he-aprendido-en-30-anos/

    ¡Un abrazo y hasta pronto!

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