El bolso más caro del mundo

Birkin más caro del mundo

Diversos medios online se hacían eco esta semana de la noticia: un Birkin de Hermès batía la cifra récord jamás conseguida por un bolso en una subasta. Hasta ayer este récord lo marcaban los 200.000 euros que se pagaron hace cuatro años por un bolso decorado con oro y diamantes que en su día perteneció a Elizabeth Taylor. Y antes de ese, fue otro bolso de Hermès el que ostentó el título de bolso más caro del mundo, vendiéndose por 186.000 euros también en subasta.

Desde ayer el merecedor de tal reconocimiento es un bolso modelo Birkin realizado en piel de cocodrilo en color fucsia y decorado con detalles de oro blanco de 18 quilates y diamantes. Ha salido a subasta en Hong Kong a través de Christie’s, y un comprador anónimo ha pagado por él 1.720.000 dólares hongkoneses, que al cambio actual equivalen a unos 204.600 euros, una cifra que a muchos les parecerá incluso indecente.

A mí eso del bolso más caro del mundo me recuerda inevitablemente a aquella publicidad navideña del turrón más caro del mundo, así que no sería descabellado pensar en el buen movimiento de marketing, casual o no, que esto supone para Hermès. Porque aunque la firma francesa está entre las que mejor está capeando la crisis económica que afecta a toda la industria, también es cierto que durante los últimos meses estaba perdiendo cuota de mercado en China.

Subasta Birkin

Para el que aún no lo sepa diré que el precio habitual de un Birkin parte de los 6.000 euros en el caso de los modelos más discretos, para llegar hasta los 60.000 que pueden alcanzar por ejemplo algunos modelos más sofisticados, normalmente en piel de cocodrilo. Pero lo que realmente le otorga el aura de exclusividad a los bolsos Birkin no es su precio elevado, sino el hecho de que exista una lista de espera que obligue a esperar hasta dos años para poder comprar uno. El resultado inevitable es la aparición de un mercado de reventa en el que también se alcanzan precios estratosféricos.

Y siempre que hablamos de reventa aparece también el mayor temor de las posibles compradoras: las falsificaciones

No alcanzo a entender cómo muchas mujeres compran falsificaciones a sabiendas, solo por aparentar. Un bolso de lujo es un símbolo de estatus, de estilo de vida. Si una chica de clase media que trabaja de camarera o dependienta de cualquier tienda que no sea una boutique de lujo lleva todo el rato bolsos de Louis Vuitton o Chanel, está claro que hay algo que no encaja.

Desde mi punto de vista las mujeres que usan falsificaciones a menudo se ponen en ridículo, porque confirman la evidencia de que ansían a toda costa un estatus que no pueden permitirse. Puede que crean que engañan a los demás, pero solo se engañan a sí mismas. Siempre se ha dicho que cuando una mujer lleva un bolso falsificado los que la ven y no entienden, dudan. Mientras que los que la ven y saben, sonríen. Sobre todo hoy en día, que gracias a internet es muy fácil acceder a las claves para detectar todo tipo de imitaciones. En Instagram hasta hay cuentas que se dedican a desenmascarar a las que abusan del postureo, como Spottedfakes_.

Spottedfakes

No quiero decir con esto que nadie de clase media pueda permitirse tener un 2.55 de Chanel o un Speedy de Louis Vuitton. Conozco casos de chicas que poseen alguno porque han tenido la suerte de heredarlo de sus madres o abuelas, o porque se han pasado años ahorrando poquito a poco hasta poder darse el capricho.

Pero esos casos son los menos. Lo habitual es que la adicta a las falsificaciones llegue a veces a gastarse hasta 200 euros en una buena imitación. También hay otras que compran versiones mucho más baratas e inefables, plagadas de defectos sospechosos que las delatan a simple vista.

Y mi pregunta es: ¿por qué gastarse 50, 100 o 300 euros en una falsificación de un bolso de Chanel cuando por ese dinero puedes comprarte por ejemplo un buen bolso de piel de alguna marca española? Dice mucho más a favor del estilo de una mujer el hecho de llevar un buen bolso de Salvador Bachiller, o incluso de Mango si me apretáis con el presupuesto, que llevar colgada del brazo la mejor de las imitaciones.

Creo recordar que algo parecido decía Inès de la Fressange en La parisina: que es mil veces mejor y mucho más chic llevar un capazo de paja de alguna tienda artesanal antes de un bolso de imitación. Y algo sabrá Inès de la Fressange de estas cosas, digo yo.

Pero lo que más me sorprende todavía no es que haya mujeres que compren falsificaciones, sino que haya bloggers de moda que lo hagan y que intenten engañar a sus lectoras de esta forma, queriendo aparentar algo que no son en absoluto.

Muchas de las bloggers que conozco pretenden dedicarse de forma profesional a la moda, por eso me parece tan absurdo que algunas promuevan este tipo de prácticas que tanto daño hace a la industria. Ser blogger de moda y hacerte fotos con bolsos falsos es el equivalente a querer dedicarte a la industria discográfica y hacerte fotos mientras compras CDs piratas en el top manta de tu calle.

Imagino que lo hacen pensando en que así parecerán más importantes cuando otras marcas vean sus blogs, y que quizá de esta manera les manden regalos caros, cuando el efecto más probable es justo el contrario.

Un tema diferente pero que también merece la pena mencionar es el de los clones de las marcas low cost, como cuando por ejemplo Céline saca un nuevo diseño y Zara se lo clona con su propia versión. En ese caso creo que no está tan mal visto el asunto porque todo el mundo sabe que el clon de Zara es un clon, y la dueña en ningún momento pretende hacer creer a sus lectoras que lleva un Céline de verdad.

Sé que no se puede decir de este agua no beberé, pero a pesar de lo muchísimo que me gustan los bolsos en general dudo mucho que vayáis a verme algún día con un bolso de Chanel o de Louis Vuitton colgando del brazo. No soy capaz de gastarme en un bolso mil o dos mil euros -antes me compraría algo útil, como un nuevo portátil, o haría un viaje-. Y como ya habréis deducido después de leer este artículo tan largo creo firmemente que las copias son de muy mal gusto.

El bolso más caro que hay en mi armario tampoco es que sea precisamente low cost: se trata de un boho de Coach que me traje de mi viaje a Nueva York, que originalmente costaba 400 dólares, pero que me costó algo menos gracias a un descuento, y además el cambio euro/dólar estaba estupendo. Esa cifra es mi límite psicológico del importe que soy capaz de gastar en un bolso sufriendo una cantidad de remordimientos aceptable y llevadera -pero vamos, que no es algo que haga muy a menudo, que yo soy una autónoma sufridora como cualquier otro hijo de vecino-.

¿Cuánto es lo máximo que os gastaríais en un bolso? ¿Qué opináis del tema de las falsificaciones?

20 respuestas a “El bolso más caro del mundo”

  1. Me ha encantado tu entrada y estoy totalmente de acuerdo, me parece bastante ridículo lo de comprarse imitaciones para aparentar. Hay bolsos que son preciosos de marca o no a precios más o menos asequibles al bolsillo de cada una que te dan más estilo que andar por ahí con un bolso de «Chanel» del chino o de mercadillo.

    En mi caso el bolso más caro que tengo es un «Clutch» con «Swarovski» que compró mi madre hace muuuuchos años y que costó lo que hoy equivaldría a 200€ más o menos. Siempre recuerda que la tienda se lo dejó con mucho descuento porque estaban en liquidación y por eso se decidió a comprarlo.

    Ahora considera que fue una gran inversión ya que por el diseño y el color es el típico «bolso de fiesta» que va bien para cualquier vestido y ocasión y primero ella y ahora yo, le hemos dado mucho uso. Sin duda una joya que ha merecido la pena.

    Un beso

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    • ¡Muchas gracias por tu comentario y por compartir tu experiencia! Cuando un buen bolso, sea de la marca que sea y cueste lo que cueste, pasa de madre a hija adquiere un valor especial y se convierte en un pequeño tesoro de nuestro armario. Igual que cuando alguna chica se pasa meses o años ahorrando para comprarse un Chanel o un Louis Vuitton.

      Pero esto es algo que no entienden quienes no tienen escrúpulos a la hora de hacerse con falsificaciones.

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  2. Me ha encantado el post…yo el bolso más caro que tengo es un Purificación García, y es un regalo de mi marido…es lo máximo que mi conciencia me permite comprarme…como buena mil eurista que soy…jeje! Me vuelven loca los bolsos!! Pero puedo llevar un capazo de paja, o uno de Stradivarius. ..jamás uno de imitación que además apesta a plasticucho. ..jiji..

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    • Opino como tú. Aparte del Coach del que hablo en el post y de otro de la misma marca que me costó un poco más barato, solo tengo otros dos bolsos de ese rango de precios, dos Braccialini, y los dos fueron regalo de mi chico. Yo hubiera sido incapaz de comprármelos por los remordimientos.

      Afortunadamente tenemos bastantes marcas españolas que hacen diseños preciosos en piel de muy buena calidad por un precio razonable. Lo que pasa es que a muchas chicas les cuesta mentalizarse de que es mejor comprarse un solo bolso bueno de 100€ que cinco de 20€.

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    • Muy bien!!! Todas hablando de bolsos caros y a nadie se le ocurre pensar en los pobres animales que matan para que ellas luzcan patéticas esos bolsos tan caros de los que hablan. El mundo está muy mal.

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  3. Totalmente de acuerdo con todo
    “Menos es más” el estilo es saber llevar con gracia ese bolso que te hará sentirte única y además cuanto más sencillo mejor, lograrás transmitir a los demás tu elegancia. Aunque puedas permitírtelo lo excesivo es vulgar

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  4. Estoy 100% de acuerdo contigo. Para mí no hay nada peor que querer aparentar lo que uno no es, y si no tenemos capacidad económica para llevar un Amazona, pues nos compramos un bolso de piel bonito (que ahora hay muchísimos) y tan monas.
    En cuanto al límite, creo que solo tendría un Birkin en mi vida (si pudiera permitírmelo, claro) y de los «baratitos»…Gastar más de 6000 € no me haría sentir bien aunque estuviera forrada. Hasta el momento los de firma que tengo o son regalos, o es dinero que he ahorrado yo porque me encantan los bolsos. ¡Muy buen post! Un abrazo
    http://www.elblogdeanasuero.com

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  5. Completamente de acuerdo con todo. Yo siempre he soñado con un Birkin, pero vamos, es sólo eso, un sueño. Está claro que no me voy a gastar 6.000 eurazos en un bolso. No llevo imitaciones de nada, no sólo porque no creo que nadie de mi entorno se crea que de repente me puedo permitir un Chanel, sino porque estas imitaciones están subvencionadas por mafias que en muchos casos tratan a sus trabajadores como auténticos esclavos, empleando incluso a niños.

    Mi bolso más caro es un Longchamp que costaba unos 500 euros y lo compré en rebajas por algo más de 300.

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  6. Mis amigas me dicen que soy la reina del outlet de lujo. Controlo paginas web de venta de firmas de lujo a precios asequibles. Los mas caros que tengo no pasan de 200€. Tengo Michael Kors, Furla, El Potro, Ralph Lauren, Longchamp, Bimba y Lola, Roberto Verino, Adolfo Domínguez,etc. Y todos comprados en outlet o rebajas

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  7. Pues yo soy una de esas dependientas de clase media, (permíteme que señale el tufillo clasista de tu frase) que tiene unos cuantos bolsos que superan los 300 euros. No considero que sea lujo, pero me los puedo permitir ahorrando un poco y sin problemas. Me apasionan los bolsos y llevo los que me corresponden y puedo llevar. Un saludo.

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    • Hola Helen,

      Yo también soy de clase media, así que no sé de dónde te sacas que eso sea un insulto, y también tengo bolsos de ese rango de precios.

      Lo que no encaja es que alguien de nuestro poder adquisitivo vaya con bolsos de 1.000 o 2.000 euros diferentes cada día. Está claro que en esos casos son falsificaciones. 😉

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  8. Pues yo creo que cada una haga con su dinero lo que le dé la gana. Si una lleva un bolso auténtico BIEN, si es uno de Mango BIEN, si es una bolsa del pan del rastro BIEN y si alguien quiere gastarse 300 euros en una imitación del 2.55 BIEN también; con su dinero lo paga y cada una con su sueldo es muy libre de comprarse lo que quiera. Vive y deja vivir, total a ti, a mí y al resto del mundo que nos importa.
    Además las personas que fabrican imitaciones también tendrán derecho a vivir, digo yo. Pues para ello alguna tendrá que contribuir comprándose alguna imitación que otra ;)…

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    • Claro, Raquel! Las mafias que están detrás del mercado de falsificaciones tienen todo el derecho del mundo a recaudar dinerillo para sus cositas, ya sabes: para el terrorismo, la esclavitud infantil, la trata de blancas, etc. Qué alegría ver que hay gente como tú encantada de colaborar con ellos comprándoles sus bolsos falsos. 😉

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  9. Tengo bolsos y agendas originales de Louis Vuitton (speedy 30, Neverfull GM, nano Noe…) comprados en la boutique de la firma, es decir, son auténticos. Me gusta llevarlos, más el Speedy que los otros dos, por su durabilidad, capacidad y prestigio de la marca. Sí que es cierto que cada vez abundan más las falsificaciones por lo que es posible que las personas que me los vean piensen que puedan serlo, este es un riesgo que se corre cuando te compras esta marca. ¿Falsificaciones? Pues mira, hay bolsos que son una maravilla como el 2.55 de Chanel, interpretado por un largo número de marcas, y cuando digo interpretado bien puedo considerar que la idea de Gabrielle Chanel ha de ser extraordinaria a tenor de estas interpretaciones, clones o incluso réplicas. Todos se derivan/ inspiran en el original acolchado, con su cierre, cadenas, tamaño y forma. Chanel utilizaba en sus atuendos bisutería y perlas falsas, esto es, usaba pura imitación, puro fake, lo que importaba era estar bella. Si hoy viviera se reiría de todo este asunto del fake, estoy completamente convencida, es más, las particulares y modistas hacían trajes de chaqueta inspirados en sus propuestas y ella no ponía el grito en el cielo según las múltiples biografías que he leído de ella. Creo que esa es la actitud.

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    • Muchas gracias por comentar, Luisa. Entiendo perfectamente tu punto de vista. El problema con el mundo de las falsificaciones es lo que esconde detrás: mafias, beneficios destinados a fines ilícitos y todo lo que los consumidores de a pie no vemos —o no queremos ver—. Seguro que a Gabrielle Chanel no le importaría demasiado que fueses a la tienda de cueros de tu barrio y les pidieras que te hicieran un bolso inspirado en alguno de los de su marca. Creo que esa sería la situación que más encajaría con el ejemplo que has puesto de las modistas, y además así estarías ayudando a un negocio local, que es algo que siempre viene bien para la economía. Aunque seguramente en ese caso no sería tan barato como cuando se compran imitaciones por internet, por ejemplo.

      Como te decía, en mi opinión el problema es la oscura procedencia de esas falsificaciones y lo que se financia con el dinero que mueven.

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