Desde hace varias temporadas he tomado por costumbre hacer un recopilatorio en tono humorístico de las tendencias más descabelladas de calzado de mujer que nos brindaban los distintos diseñadores. Como resultado de esta sana tradición surgieron algunos de los posts más memorables de este blog, como el de Los zapatos más terroríficos de la historia de la moda, Zapatos para regalarle a tu peor enemiga (1ª parte y 2ª parte) y Botas y zapatos de esta temporada que no acabo de entender.

En esta ocasión he decidido ser algo más benévola y moderada, y en lugar de dedicarme a despotricar sobre los zapatos del desfile de Gucci quiero rebatirle a la revista Marie Claire tres de las propuestas que vi en su post Los 10 botines que debes tener en tu armario este otoño/invierno.

(Respecto a los zapatos de Gucci, por aquello de que más vale una imagen que mil palabras, os dejo con la foto de la cara que se me quedó cuando los vi por primera vez).

La primera tendencia que no suscribo de las diez propuestas por Marie Claire es la de los taconazos con detalles de pelo de See by Chloé. Y lo hago por mera practicidad, ya que el resultado de mezclar esos detalles de pelo de espíritu tan fashionista con un poco de lluvia y barro otoñal nos da un panorama nada halagüeño. O si no que alguien me explique cómo se limpia este tipo de materiales para que la zona de pelo no acabe siendo una zona de calvas.

Pero si hay algo menos práctico que llevar unos botines de pelo con las lluvias otoñales es, sin lugar a dudas, llevar unos botines de tweed como lo de Castañer que aparecían también en la lista de imprescindibles para esta temporada.

Sin pararme a entrar en detalles como que puede haber a quien incluso le maree la mezcla de estampados, considero que no resulta demasiado práctico llevar unos botines de tweed si por ejemplo tienes que conducir. Si usara unos botines como estos estoy segura de que en mi primera puesta acabarían totalmente deshilachados a base de rozarlos con el pedal del freno. Eso por no hablar también del asunto de la limpieza. ¿Cómo se limpian unos botines de tweed? ¿Se llevan a la tintorería?

Y la tercera tendencia con la que pienso hacerme la sueca es con la de los botines de cordones con punta y taconazo. Los que propone Marie Claire son de Mango, pero a mí me recuerdan a unos que usábamos hace más de diez años en el espectáculo de cancán en Parque Warner —sí, confieso que durante una época fui bailarina de cancán—. Adjunto a continuación una foto de mis piernas y las de algunas de mis compañeras para que veáis que no miento.

Ya por entonces todas las que nos veíamos obligadas a ponérnoslos para trabajar pensábamos que eran horrorosos a la par que incómodos —supongo que nos costó sufrirlos por temas de presupuesto—, así que no veo por qué diez años después debería haber cambiado de opinión.

Y estas son las tres tendencias supuestamente imprescindibles de esta temporada de otoño/invierno de las que yo prefiero pasar olímpicamente. ¿Qué os parecen? (También podéis comentar para expresar los estupefactos que estáis después de ver los zapatos yeti de Gucci, que sé que algunos no habéis podido dejar de pensar en eso durante todo el post).