Este sábado me voy a Málaga, a la boda de mi prima Victoria. Como manda la tradición, el secreto mejor guardado concierne al vestido de la novia. Y aunque yo ya sé un par de detalles sobre el secreto, me los reservo hasta que pueda dedicarle un post en condiciones a su vestido.

De momento, me conformaré con enseñaros la galería completa de fotos de la colección de Jordi Dalmau para 2011, mi favorita entre favoritas. Menos mal que no soy yo la que tienen que casarse, porque creo que no podría elegir uno solo de los modelos. Tendría que hacer como Eva Longoria cada vez que presenta una gala televisiva, y cambiarme al menos unas ocho o nueve veces.

Lo mejor de estos vestidos es que son transformables, y quitándoles las superposiciones de tul se convierten en modelos más funcionales, perfectos para bailar hasta el amanecer sin que los invitados ebrios te destrocen los bajos de la cola a base de pisotones…

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