Vestidos de fiesta para mujeres orgullosas de sus curvas
Hasta hace unos años entrar a una tienda de tallas especiales era algo estigmático que se hacía casi escondidas. Hartas del martirio que suponía buscar un vestido de la talla 46 entre las perchas de las marcas más populares, muchas mujeres se resignaban y se decidían a cruzar el umbral de una de esas tiendas que ondeaban un rótulo de Tallas especiales por bandera. Y lo hacían no sin cierta vergüenza, como si se sintieran culpables por no haber completado con éxito la absurda misión impuesta por la presión social de encajar entre las tallas bien vistas según el criterio de la revista Vogue.
Recuerdo que en Córdoba, cerca de la Plaza de las Tendillas, había una de estas tiendas. No sé si a día de hoy sigue allí. Recuerdo también que la ropa que lucían los maniquíes del escaparate era bonita, aunque también es cierto que parecía enorme comparada con la ropa de la talla 34 que suele actuar de reclamo en los escaparates de marcas como Zara, Benetton y compañía.
Pero lo que más me sorprendía era que esta tienda no tuviera ni la décima parte de la afluencia que otras que se empeñaban vilmente en marcar en la 44 el límite de las tallas normales, a pesar de que muchas de las clientes sobrepasaban dicha talla. Leer Más