No puedo evitarlo: soy de las que cuenta los años de septiembre a septiembre, como si siguiera aún atrapada en el universo de los años escolares. No es que no disfrute del verano, es solo que no puedo evitar emocionarme en cuanto la bajada de las temperaturas empieza a anunciar la llegada del otoño.

Me siento mucho más creativa y motivada para emprender nuevos proyectos. Es como si fuera una segunda oportunidad para volver a empezar el año, sobre todo ahora que los buenos propósitos de enero quedan ya tan lejanos y olvidados.

Entiendo que esto se debe a que formo parte de una minoría muy privilegiada: tengo un trabajo que me apasiona hasta tal punto que ni siquiera en vacaciones me apetece desconectar del todo. Pero soy muy consciente de que no todo el mundo tiene esa suerte, y yo misma he pasado por épocas de mi vida en las que no me ha quedado más remedio que desempeñar trabajos que no me gustaban solo por el hecho de tener la mala costumbre de comer todos los días y de pagar el alquiler.

Si ese es tu caso y, por el motivo que sea, aún no has encontrado ese trabajo que te guste tanto que no tengas que pasar todo el año soñando con tus vacaciones de verano, entonces quiero que sepas que entiendo perfectamente tu síndrome post-vacacional.

Y una de las mejores formas que conozco de combatir ese síndrome es buscar nuevas actividades que nos distraigan de la rutina y que a la par nos resulten estimulantes, así que para este fin de semana que está a la vuelta de la esquina, te propongo en mi nuevo Cosmoclip un tutorial do it yourself para que te fabriques un accesorio para limpiar tus brochas de maquillaje. Porque nada como un poco de brico-cosmética para mantener las manos ocupadas y la mente distraída.

Es facilísimo de hacer y con él te ahorrarás el tener que comprarte uno de esos guantes de silicona que las gurús de belleza no paran de recomendar en sus blogs.