Odio planchar y supongo que no soy la única. Sueño con el momento en que la gran mayoría de marcas comercialicen sus mejores diseños en algún tejido que no se arrugue, se seque rápido y que, a ser posible, repela la suciedad.

Me sorprende mucho que seamos capaces de crear tejidos inteligentes que hacen cosas asombrosas, como administrar insulina o medicamentos vía cutánea, y aún no hayamos sido capaces de librarnos de forma definitiva del asunto de las arrugas. Con la de energía que se ahorraría a nivel mundial si no hubiera que planchar nunca más. Aunque quizá a los fabricantes de planchas no les hiciera demasiada gracia.

Pero por poca gracia que les haga a los fabricantes de planchas —si es que acaso me lee alguno—, esta semana en mi nuevo Cosmoclip os cuento los trucos de los que echo mano, sobre todo cuando estoy de viaje, para librarme de las arrugas sin tener que cargar con una plancha de viaje.

El truco de colgar la ropa del baño mientras nos duchamos es todo un clásico, pero otros como el de la toalla húmeda no son tan conocidos a pesar de ser realmente eficaces. A mí me han sacado del apuro en más de una ocasión, así que espero que a vosotros también os sirvan. Si os ha parecido útil la infomación ¡compartidla con esos amigos vuestros que también odian acercarse a la plancha! 😀