El cambio climático y las rebajas
Así a bote pronto y después de leer el título alguno habrá que piense que estoy mezclando churras con merinas y que qué tendrá que ver el tocino con la velocidad (aunque todo runner sabe que a mayor cantidad de tocino, menos es uno capaz de correr deprisa). Pero lo cierto es que juntar ambos términos en una misma frase no es algo tan disparatado, y si no que se lo pregunten a los pequeños comerciantes de la zona norte de nuestro país.
Los que me seguís en Twitter ya me habréis leído bromear alguna vez sobre lo mucho que me gusta el verano de Logroño porque es el mejor día del año. Aunque eso de que el verano dure un solo día por estos lares es una exageración andaluza en todo su esplendor, sí que es cierto que parece que cada año el verano se toma más tiempo para hacer su entrada en escena, hasta tal punto que este año estamos a mediados de julio y podemos decir que solo hemos disfrutado aproximadamente de una semana de meteorología veraniega con temperaturas rondando los 30ºC.
Antes de eso, lluvia y frío. No frío invernal, obviamente, pero sí el frío suficiente como para ignorar todas esas colecciones de primavera-verano que trataban de tentarnos desde los escaparates de las tiendas. De hecho recuerdo mi frustración, hace aproximadamente un mes y medio, cuando trataba de encontrar sin éxito un par de jerséis finos de manga larga para hacer frente al largo entretiempo de este año entre percheros absurdamente atiborrados de biquinis y vestidos de tirantes. Digo absurdamente no porque no fuese eso lo que tocaba encontrar en cualquier tienda a principios de junio, sino porque era del todo incongruente con el tiempo que hacía más allá de los escaparates. Leer Más