Lo que más me gustaba cuando estudiaba Historia del Traje e Indumentaria en la carrera era hacer los figurines con propuestas de vestuario para esta o aquella obra de teatro, y que afortunadamente puntuaban casi tanto como los propios exámenes.
Digo afortunadamente porque, aunque nunca se me ha dado demasiado bien dibujar, hacer un figurín era harina de otro costal. La ropa era la verdadera protagonista de este tipo de dibujos, y una podía simplemente esbozar unos labios y no tener que detallar nada más del rostro de la actriz imaginaria a la que vestíamos. Algo tan complicado de dibujar como las manos se quedaban en apenas unos trazos simbólicos, mientras que una frondosa melena rizada podía simplemente sugerirse con un borrón de acuarela.
Quiero decir con todo esto que es absolutamente normal que, cuando un diseñador de moda está concentrado en la tarea de plasmar en un trozo de papel lo que después será un maravilloso vestido de alta costura lo último que necesita es tener que preocuparse también de dibujar con exactitud a la mujer que lo lucirá sobre la pasarela.
Todos sabemos que las prendas se ven más bonitas y estilizadas en un cuerpo alto y delgado, y es lógico que por tanto los diseñadores de moda quieran que en el momento del desfile todos sus diseños se muestren en el mejor de los escaparates posibles. Pero que yo sepa es la moda la que tiene que hacernos ver a nosotras bonitas y estilizadas y no al revés.
Quiero creer que la mayoría de los diseñadores no quieren realmente ver sus creaciones sobre ese puñado de líneas estilizadas de lápiz que dejan sobre el papel, sino sobre las curvas de una mujer real. Pero que en algún momento pasa como en ese juego infantil del telefonillo estropeado y alguien lo malinterpreta todo y deduce que lo que el diseñador quería desde el principio eran chicas de piernas absurdamente largas y delgadas, sin atisbo alguno de formas femeninas. Y eso es lo que se le pide a las agencias de modelos para el día del desfile, y lo que estas agencias por lo tanto demandan en sus trabajadoras, cuyas fotos en miles de revistas son las culpables de tantas pro ana y pro mia.
Estaría genial que de repente apareciera un diseñador que dibujara en sus figurines a chicas dignas de Rubens. Pero como eso es pedir peras al olmo, ya que los figurines no se nos parecen lo mínimo que podemos hacer nosotras es no intentar parecernos a ellos, tal y como nos piden en esta impactante campaña brasileña.
Fotografías | La criatura creativa
Creo que alguno si ha comentado que no hace ropa para gordas y se ha quedado tan ancho….. 😦 Para mí deberían hacer más de lo que hacen porque es un problema muy muy grande. Igual que las revistas de moda, que meten Photoshop a niñas ya de por si muy delgadas….
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Impresionante chica, me has impoctado, es muy interesante la campaña, la verdad es que impacta, porque en el dibujo casi parecen prendas bonitas, pero al ver las figuras cadavericas que tienen al lado acabas por horrorizarte, si, la moda es para que una se sienta bien, tienes toda la razón. Un beso, y me quedo por aquí:
Miss Claire
http://missclaireyoung.blogspot.com.es/
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ME GUSTARIA QUE NO SOLO PENSARAN EN LAS JOVENCITAS SINO TAMBIEN TOMARAN EN CUENTA A LAS PERSONAS NO TAN JOVENES PERO QUE AUN NOS SENTIMOS JOVENES, EN SI NO QUIERO LUCIR RIDICULA O ASEÑORADA
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¡Excelente! Me encantó tu frase. La moda esta para hacernos lucir hermosas a nosotras, no al revez. Que triste que muchas personas maliterpreten este esquema. Yo de por sí, estoy preparándome para en un futuro ser una diseñadora de modas profesional. Y nunca he estado de acuerdo con el prototipo de «belleza» que ha implantado la sociedad. Y como siempre lo digo: En la diversidad, está la belleza. :* besos y abrazos. Postdata: Mis figurines son variados 🙂
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