Los labios suelen ser la zona del rostro que más sufre con la bajada de temperaturas propia de estos meses. Es normal que se resequen y agrieten y que, en el peor de los casos, terminen llenos de pielecitas que dificultan el maquillaje. La exfoliación regular ayuda bastante con el problema, pero lo realmente importante es tener nuestros labios bien hidratados y protegidos contra las inclemencias del invierno.

Durante los últimos meses me he convertido en una auténtica adicta al aceite de coco. Supongo que a estas alturas ya lo habréis notado, después de todos los usos que me habéis visto buscarle a este producto tan versátil y barato a lo largo de un buen puñado de vídeos y posts. Y es que no me canso de alabar las virtudes de este aceite, por eso ejerzo de evangelizadora totalmente convencida y se lo voy recomendando a todo el que me escucha. Lo mismo sirve para hidratar y proteger el pelo, que como desmaquillante de emergencia —¡no hay rímel ni eyeliner que se le resista!—.

Así que, como no podía ser de otra manera, desde principios de este invierno lo he estado usando también a modo de bálsamo labial, y por primera vez en muchos años no tengo los labios completamente secos y agrietados por culpa del frío. Además he aprovechado para darle color mezclándolo con algunas de mis barras de labios favoritas hasta conseguir un tono personalizado a mi gusto. ¿Cómo? ¡Os lo muestro paso a paso en este Cosmoclip!