Mil seiscientos kilómetros entre la ida y la vuelta son los culpables de que haya tenido yo el blog tan abandonado durante este mes. Logroño-Córdoba, con una fugaz parada en Madrid para grabar algunos vídeos para Primeriti, y el mismo trayecto con la misma parada a la vuelta.
Muchos se sorprenden cuando digo que soy cordobesa. Que si no lo parezco, que si no tengo nada de acento. Pues sí, señores. No todas las mujeres de Córdoba somos como las que pintó Julio Romero de Torres. Y en lo que respecta al acento basta con dejarme un ratito en buena compañía delante de un plato de berenjenas fritas con miel de caña, como esas tan ricas que ponen en Casa Pepe, para que me salga el deje.
Después de casi dos años sin parar por Córdoba me ha reconfortado saber que hay cosas que nunca cambian, como las tostadas con jamón, tomate y aceite de la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras, o como el hecho de que a las que tenemos pintas de guiris (es decir, mi hermana y yo) intenten vendernos todo tipo de recuerdos y souvenirs mientras paseamos por la Judería.
Me ha pillado desprevenida en cambio la bajada traicionera de temperaturas. Que iba yo con la maleta bien llena de sandalias y vestiditos de tirantes para sobrevivir a los treinta y seis grados del mayo cordobés, y lo de hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo me ha dado en todas las narices y he tenido que pasar toda la semana tirando de los únicos vaqueros que llevaba. Pero es que si me hubieran dicho que manga larga y cazadora vaquera no iban a ser suficiente abrigo en Córdoba a finales de mayo hubiera mandado a freír espárragos al que se hubiera atrevido a sugerirlo.
De vuelta a Logroño (de AVE en AVE y tiro porque me toca) paradita en el Restaurante Maki de Madrid para degustar un poco de sushi.
Y al llegar de nuevo a tierras riojanas desayuno con amigas blogueras en el que sin duda ha sido el evento de la temporada por estos lares: la inauguración de Primark en el CC Berceo.
Es la primera vez que acudo a una inauguración del gigante del low cost y ha sido también la primera vez que he visto toda la ropa de una de sus tiendas perfectamente doblada y ordenada. No ha durado mucho el espejismo: en cuanto han cortado la cinta inaugural una estampida humana ha arrasado con todo, tal y como era de prever.
Os dejo con un pequeño vídeo del evento.
Foto en Primark | El imparcial
Reblogueó esto en cosmetica y brillos.
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