Pocas cosas me gustaban tanto como probar novedades cosméticas a todas horas para reseñarlas por aquí y compartir con vosotros mis impresiones sobre cada nuevo producto que caía en mis manos. Pero tanto usarme a mí mi misma como conejillo de indias me acabó pasado factura hace poco más de un año en forma de una dermatitis alérgica recurrente que me da la lata en cuanto me paso un poco de la raya con el maquillaje.
A raíz de esta dermatitis me he vuelto mucho más cauta a la hora de poner cualquier nuevo producto en contacto con mi piel, y he reducido mis rutinas de cuidado, limpieza y maquillaje hasta límites insospechados para alguien que tiene un blog y un videoblog en los que la belleza es un tema más que recurrente.
He aprendido —por las malas— que menos es más, y que a menudo en nuestro afán por cuidar y proteger nuestra piel la acabamos saturando de químicos e ingredientes que realmente no necesita.
Debo reconocer que, cuando Rosa Sánchez del Busto me contactó hace unos meses para ofrecerme probar una crema que ella misma había creado, tuve ciertos reparos. Por fin había conseguido que mi rostro volviera al equilibrio y los brotes de dermatitis parecían totalmente controlados, así que me daba pavor introducir un nuevo producto en mi rutina.
Pero entonces ella me contó la historia detrás de Esbeltia. Me explicó que su madre había tenido que someterse a quimioterapia y que, aunque había conseguido superar esa dichosa enfermedad, su piel había sufrido de forma devastadora las consecuencias de los tratamientos. Rosa, que es una esteticista experimentada, trató de buscar para su madre las mejores cremas comerciales que pudo encontrar a su alcance sin reparar en el precio, pero ninguna parecía dar resultado.
Como buena conocedora de ingredientes que era por su trabajo, decidió que lo mejor que podía hacer era prepararle a su madre una crema a medida, y empezó a experimentar con los elementos que pensaba que podrían serle más beneficiosos como el aloe vera, la caléndula y diversas vitaminas.
Al fin dio con una fórmula que, aunque no hacía milagros, como ella misma dice, sí que consiguió una notable mejoría. Preparaba esta crema de forma totalmente casera, en la cocina de su casa, y poco a poco fue corriéndose la voz entre sus allegados y sus amigas empezaron a pedirle que se la preparase también a ellas.
Alguien le sugirió que se pusiera en contacto con algún laboratorio para poder fabricar a mayor escala, porque cada vez eran más las amigas y conocidas que le pedían su dosis de aquella crema casera, y ese fue el principio del camino que ha hecho posible que Esbeltia se haya convertido en realidad.
Solo con la historia detrás del producto ya me tenía prácticamente en el bolsillo, pero Rosa terminó de convencerme al contarme que su idea había sido desde el principio crear un producto multiusos, capaz de sustituir a esa procesión de cremas que a menudo nos aplicamos cada día.
Esbeltia es una crema/serum que actúa también como contorno de ojos, tiene filtro solar físico y gracias a su efecto lifting funciona también de maravilla como prebase de maquillaje. Una crema para sustituirlas a todas.
Adiós a las rutinas de cuidado facial de interminables pasos, adiós a llevar el neceser a punto de reventar a la hora de viajar. Esbeltia promete ser el único producto que necesitaremos para el día a día.
Me quedé intrigadísima después de nuestras primeras conversaciones, así que le pedí que me enviase una muestra para poder probar la crema. Y después de haberla estado usando a diario durante los dos últimos meses he querido compartir mis impresiones con vosotros.
Sus ingredientes son de muy buena calidad. No tiene parabenos, siliconas, parafina, ni sulfatos. Sus principios activos son el aloe vera, la caléndula, algas del Mediterráneo, vitaminas (A, B3, B5, C y E), y un extracto de las secuoyas gigantes de California que es el responsable del efecto lifting.
Viene en un envase de cristal con aplicador que garantiza que solo la cantidad necesaria de producto entre en contacto con la piel en cada aplicación. Tiene una textura que yo no había visto en ninguna otra crema y que Rosa ha bautizado como textura nube: se asemeja a la ligereza de una emulsión pero con la ventaja de que no gotea, lo que facilita muchísimo su aplicación.
Al ser un producto tan ligero es apto incluso para pieles grasas. Las pieles más secas pueden querer complementarlo con el uso de algún aceite por la noche (Rosa recomienda recurrir a aceites de alta calidad, el de oliva virgen sería una buena opción).
Y aunque Esbeltia incluye algo de protección solar, esta no puede ser suficiente para los meses de verano y es recomendable combinarla con un producto específico para ello, especialmente si vamos a tomar el sol. Este hubiera sido el único factor que a mi gusto habría convertido a esta crema en el producto perfecto, pero Rosa me comentó que lo habían intentado, pero que alteraba demasiado la textura de la crema y la hacía mucho más grasa y pesada.
En cualquier caso, Esbeltia es un producto increíble, y tan solo el hecho de poder sustituir con esta crema a mi hidratante habitual, mi serum y mi contorno de ojos, ya es suficiente como para garantizarle una posición de honor en el estante de mi cuarto de baño.
Pero por si eso fuera poco, además mi piel está suave e hidratada, estoy manteniendo a raya mis marcas de expresión y no he vuelto a tener ni brotes de acné ni de dermatitis desde que la estoy utilizando.
El precio de la que se ha convertido en mi nueva crema favorita es 66,80€ —un precio más ajustado de lo que parece si tenemos en cuenta que son tres productos en uno—, podéis comprarla directamente a través de la tienda online que tienen en su propia web y los envíos dentro de España son gratuitos.
Quiero aprovechar para agradecerle a Rosa que se tomara la molestia de emprender el caminito para conseguir que Esbeltia llegara al público, y que me diera en su momento la oportunidad de probar su maravillosa crema: conmigo ha ganado, no solo una clienta, sino una fan incondicional.
Hola!! Sí parece una buena crema pero es una pena que no envíen pedidos a Canarias
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Vaya, no sabía que no enviaban a Canarias, qué faena. 😦
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