
Mi fobia a las masas y mi creciente afición a las compras online son las culpables de que este año aún no haya puesto un pie en las rebajas. Puede que rebuscar entre supuestas gangas amontonadas o perseguir a esa mujerzuela que acaba de llevarse el último vestido de tu talla para ver si cambia de opinión y lo suelta, tengan su indudable encanto, no lo niego. Pero yo debo de estar aburguesándome demasiado, porque cada vez que hago click para pagar mi carrito de la compra en cualquier tienda online, no puedo puedo evitar murmurar para mí misma eso de Feel like a sir!
Comprar en internet tiene muchas ventajas, sobre todo si ya sabes perfectamente que los vaqueros de tal marca suelen ser más grandes y necesitas menos talla, o que la talla S de tal sitio equivale a la XS de tal otro. Además, siempre he soñado con tener un chófer que me llevara de compras y se encargara de portear todas las bolsas, y el hecho de que con un click me traigan la compra a casa es el equivalente más parecido que mi bolsillo se puede permitir. Teniendo en cuenta que la mayoría de las marcas distribuyen desde Madrid, vivir en la capital se convierte en una ventaja que acorta considerablemente la tardanza a la hora del reparto, y cada vez son más las tiendas que no solo no te cobran gastos de envío, sino que se esfuerzan porque devolver la compra en caso de insatisfacción sea lo más fácil posible. Leer Más