
Creo que estoy pasando por mi primera crisis fashionista importante. La moda me sigue gustando tanto como siempre, pero reconozco que presto menos atención a las tendencias puntuales. Durante el último año la mayoría de prendas que he comprado pueden definirse como básicos de fondo de armario, y casi todas en colores neutros (blanco, negro o gris). Todo por pura pereza: prefiero poder dormir cinco minutos más y tener la seguridad de que las dos o tres prendas que saque por la mañana del armario combinan entre sí sin tener que darle demasiadas vueltas al asunto.
Esto no quiere decir que no disfrute componiendo un estilismo un poco más especial para alguna ocasión en concreto. Solo que para el día a día me apetece tener opciones un poco más prácticas. Mi truco para no caer en la monotonía de los tonos neutros es poner toques estratégicos de color mediante complementos y accesorios divertidos como los que os muestro en el look de hoy. Leer Más