Muchas veces no hace falta complicarse más de la cuenta: algo tan simple como un vaso con un poco de agua caliente puede convertirse en ese salvavidas que nos saque de un apuro de último momento durante nuestra rutina de maquillaje, como cuando por ejemplo nos encontramos con que nuestro rímel favorito se ha secado o empieza a dejarnos más grumos de la cuenta.
En este nuevo Cosmoclip os muestro ese y tres casos más en los que este truco tan sencillo se convertirá en nuestro gran aliado. ¡Espero que os guste!
(Ya sabéis que me encantan este tipo de trucos caseros fáciles pero eficaces, así que si tenéis algún truquito de este tipo —con agua o con lo que sea— ¡compartidlo conmigo en un comentario, me encantará leeros y prometo probarlos todos!).
Q buen tippppp cielo
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