Hasta hace no demasiado yo era de las que cometen el trágico error de echar de cualquier manera a la maleta la ropa interior y los bikinis. Ya sé que lo de trágico error suena muy a drama queen, pero te aseguro que hay pocas cosas más embarazosas que eso de que te abran la maleta en el control de seguridad del aeropuerto y que toda tu lencería quede ahí expuesta de repente sin piedad ninguna.
Que yo como soy de letras no entiendo mucho de probabilidades, pero ya me extraña que no me toque nunca el sorteo de los Euromillones y en cambio me toque un control aleatorio de seguridad dos de cada tres veces que piso un aeropuerto. Vaya suerte rara la mía, debo de tener cara de terrorista o de traficante de drogas tratando de hacer fechorías.
Así que, como la experiencia es un grado, ya vengo escarmentada y he aprendido que las prendas íntimas hay que llevarlas guardadas en un neceser aparte. Las limpias, pero especialmente las sucias, por motivos obvios.
Y así como hay ciertas técnicas para doblar sujetadores de forma que ocupen poco espacio y no se deformen también hay algunos trucos para hacer lo propio con los bikinis, y eso justamente es lo que te muestro en este Cosmoclip.
Decía Luis Piedrahita en uno de sus monólogos que las maletas no se llenan de ropa sino de por si acasos, y la mía no iba a ser menos y aunque vaya a viajar a España en agosto no me falta ese jersey o sudadera que nunca uso pero que no puedo dejar de llevar conmigo no vaya a ser que le dé por refrescar por la noche. Menos mal que también sé cómo doblarlo para que ocupe lo mínimo en mi equipaje de mano, y también te lo enseño en el vídeo. 😉