Incluso la más minimalista de las rutinas de maquillaje puede beneficiarse de un par de estratégicos toques de polvos bronceadores. Desde los años veinte del siglo pasado la piel moderadamente bronceada se ha asociado a salud, relax y vacaciones, así que en estos tiempos de confinamiento los polvos de sol se convierten en la herramienta perfecta para darle a nuestro rostro una dosis de optimismo, aunque solo sea para salir algo más favorecidos en la pantalla cuando hagamos la reunión de Zoom de turno.
Los polvos bronceadores además son capaces de ayudarnos a esculpir nuestro rostro definiendo nuestra estructura ósea facial y destacando aquellas zonas hacia las que queramos llevar la atención. La combinación corrector de ojeras + polvos bronceadores es todo lo que necesito para esos días en los que hasta la máscara de pestañas me da un poco de pereza.
La clave de los polvos de sol están en dar con la manera correcta de aplicarlos en función de la forma de nuestro rostro, y eso es precisamente lo que os explico en mi último Cosmoclip. ¡Dale al play y descubre cómo aplicarlos dependiendo de si tienes rostro redondo, ovalado, cuadrado o de corazón!