Este año el asunto de la «operación bikini» me ha pillado desprevenida nivel esto no hay anticelulítico que lo arregle y creo que voy a necesitar una lipoescultura por lo menos para volver a ponerlo todo en su sitio. Pero de verdad, ¿eh? No es ninguna hipérbole de esas que buscan arrancar alguna carcajada.
No sé cómo he podido descuidarme tanto este invierno. Bueno, sí que lo sé: entre que nunca he sido yo muy de obsesionarme con el peso y que desde la mudanza llevo varios meses enclaustrada en casa escribiendo, lo raro sería seguir usando la misma talla de pantalones que el verano pasado. Y si a eso le sumamos que en Torquay hay más restaurantes de los que da tiempo de probar en un par de años, y que la mayoría sirven sus deliciosos menús a domicilio, ya tenemos el cóctel culpable de mi disgusto primaveral.
Yo soy muy fan de todas aquellas ayuditas de medicina y cirugía estética que no impliquen anestesia general (ese es mi límite personal), y siempre y cuando sea poniéndonos en manos de personal 100% profesional y acreditado. Y aunque el año pasado sí que me animé con la Criolipoplastia, esta primavera no me da el presupuesto para ayudas extras y me ha tocado ponerme manos a la obra con la «operación bikini» siguiendo estos 5 pasos un poco más convencionales. Leer Más