Cómo limpiar y reciclar recipientes de velas

Aquí en Inglaterra me da la sensación de que mucha gente le tiene un poco de fobia a las velas hasta el punto de que incluso en algunos contratos de alquiler se menciona expresamente que está prohibidísimo usarlas en el piso o apartamento en cuestión. No les faltan motivos para preocuparse, porque la mezcla de fuego con paredes de madera y moquetas por todas partes les da razones de sobra para hacerlo.

Pero como el piso en el que estoy ahora no tiene alfombras ni moqueta —es lo primero que cambiamos antes de mudarnos— he recuperado la afición y he vuelto a usarlas para ambientar las habitaciones. Mis favoritas son las de Yankee Candle: aunque tienen un precio un poco más elevado que otras marcas me gusta la variedad de fragancias que tienen, que las velas arden muchísimas horas y que se van derritiendo de forma homogénea, por lo que se aprovecha hasta la última gota de cera. También suelo comprarlas en Marks & Spencer, sobre todo en Navidad porque suelen lanzar colecciones especiales y con olores dulces y originales por esas fechas.

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DIY accesorio secador para rizar el cabello

DIY: recicla una botella de plástico para conseguir una melena con ondas

Mi Remington Spin Curl fue una de esas compras inesperadamente maravillosas: se me había roto mi secador durante un viaje y el que había en la habitación del hotel tenía tan poquita potencia que tardaba casi tres cuartos de hora en secarme el pelo con él —era mi época de melena a lo Rapunzel por la cintura—. Así que decidí que era el momento perfecto para hacerme con uno nuevo.

No quería gastarme demasiado porque ya había hecho alguna que otras compras esa semana, y tampoco es que tuviera demasiadas exigencias. Solo quería un secador con potencia suficiente como para no tener que pasarme una hora encadenada a él cada vez que me lavara la cabeza. El dependiente no tuvo que insistirme demasiado para que me llevara el Remington Spin Curl: entraba dentro de mi presupuesto y era ligero y manejable. Al principio no le presté demasiada atención al accesorio que traía para crear ondas a medida que el pelo se secaba, pero al volver a casa empecé a experimentar con él y me pareció el cachivache más práctico de entre todas las herramientas de estilismo capilar que poseía hasta la fecha, que no eran pocas. Leer Más

Cuarto de baño sin plásticos

Cómo librarte de una vez por todas de los envases de plástico en tu cuarto de baño

En el vecindario en el que vivo pasan a recoger el reciclaje una vez por semana, los miércoles por la mañana. No es como en España, que uno puede ir cualquier día con su bolsa al contenedor correspondiente para quitarse de en medio los envases de vidrio o plástico que tenga por casa. Toca guardarlos durante toda la semana, y a veces en las casas pequeñas eso supone tener que andar jugando al Tetris en algún armario o trastero, o incluso en la propia cocina. Leer Más

Ideas para reutilizar pajitas de plástico

Un par de formas prácticas de reutilizar pajitas de plástico

Ahora que empiezo a estar algo más concienciada con el tema del medio ambiente me estoy tomando lo del reciclaje mucho más en serio. Tengo la sensación de que aquí en Inglaterra la gente presta mucho más atención al asunto, más que nada por la forma en la que está organizada la recogida de basuras.

En la zona en la que vivo la basura orgánica se recoge solo una vez cada 15 días —sí, habéis leído bien— y no hay contenedores públicos en las calles. Es decir, cada apartamento o casa tiene un bidón en su jardín y tiene que apañárselas para que toda la basura que una familia genera en dos semanas quepa ahí. Pero también tenemos un cajón de reciclaje por apartamento, y ese sí que pasan a vaciarlo cada semana. Leer Más

Ideas súper prácticas para reutilizar tus portalentillas

No uso lentillas de forma habitual, solo he usado lentillas de colores o de fantasía en ocasiones puntuales, como por ejemplo para disfrazarme en Halloween. Pero cuando lo hago y me toca desecharlas procuro quedarme siempre con el estuche portalentillas que suelen traer para transportarlas, ya que con el tiempo he ido descubriendo cada vez más usos prácticos y formas de reutilizarlos.

Normalmente son de plástico de muy buena calidad, y su diseño a prueba de derrames convierte a los portalentillas en una opción a tener en cuenta si queremos llevar pequeñas cantidades de líquidos —como enjuague bucal en plan monodosis, o crema hidratante y base de maquillaje— en nuestro bolso o maleta. Yo además siempre llevo uno de estos estuches en el bolso cuando me pongo pestañas postizas para salir de fiesta. Así tengo la tranquilidad de que me las puedo quitar cuando quiera y guardarlas sin que se estropeen hasta que llegue a casa (para quien no lo sepa: los párpados se cansan de llevar pestañas postizas durante muchas horas seguidas, sobre todo cuando no estamos acostumbrados a usarlas de forma habitual; por eso a veces tengo la repentina necesidad de quitármelas mucho antes de llegar a la comodidad de mi cuarto de baño).  Leer Más