Hace varios años hice una ruta en barco a las Islas Baleares y debo reconocer que fueron unas de las mejores vacaciones de mi vida. Es tan fácil perder la noción del tiempo cuando estás tomando el sol en una de esas maravillosas playas de arena blanca y aguas turquesa de Illetes… Echo mucho de menos el Mediterráneo. Desde Córdoba era sencillo coger la autopista y plantarse en Málaga en una hora de viaje, y cuando vivía en Madrid siempre que podía escaparme ponía rumbo a algún pueblecito de la zona de Valencia. Pero desde Logroño la playa que nos queda a tiro de piedra (por decirlo de algún modo, porque bastante impulso hay que darle a la piedra) es San Sebastián. Y aunque Donosti tiene sitios preciosos y la Playa de la Concha es una auténtica maravilla, lo cierto es que el Cantábrico y yo no terminamos de congeniar. Demasiadas nubes, demasiada lluvia y demasiadas tiritonas después de cada zambullida en el mar.
Y como estos días me estáis poniendo todos los dientes largos en Facebook y Twitter con vuestros planazos para el puente he decidido concederme un par de horas esta tarde para fantasear con una hipotética escapada (que desgraciadamente no tendrá lugar porque me toca trabajar), y ya de paso contaros cuál es mi equipaje imprescindible para un fin de semana en la playa.
Al margen de lo que dicten las tendencias para cada temporada hay ciertas prendas y accesorios que nunca faltan en mi maleta. El primero y principal es un bañador de estilo retro. Tengo varios y me encantan. Cuando era más jovencita era una incondicional de los bikinis y detestaba los bañadores porque dejaban demasiadas marcas al tomar el sol. Ahora lo veo de otra manera: más superficie de piel a salvo de esa perversa radiación solar. Además me veo mucho más favorecida. Debe de ser la edad.
Otro de mis básicos playeros imprescindibles es mi vestido camisero vaquero. Jugando un poco con accesorios y complementos podemos conseguir looks bastante todoterreno partiendo de un vestido denim.
Ines de la Fressange dijo en su libro La parisina que es mucho mejor ir con un capazo antes que con una imitación de bolso de marca, así que a ver quiénes somos nosotros para discutírselo. Yo tenía uno precioso, muy sencillito. Pocos bolsos habré amortizado tanto como ese: lo mismo lo usaba para ir a la piscina que para salir a tomar algo a una terraza, y por supuesto nunca faltaba para escapadas a la playa. De tanto uso que le di después de dos años de fiel servicio el pobre acabó con una asa rota. Lo bueno es que así este verano tengo la excusa perfecta para hacerme con uno nuevo. 😛
¿Y qué sería de nosotras sin las sandalias de cuña de esparto? ¡Pocas prendas habrá con las que no puedas lucirlas! Desde el vestidito denim hasta la maxi falda vaporosa, pasando por esos pantalones palazzo a los que siempre les viene bien unos centímetros extra de altura, todos hacen buenas migas con unas cuñas bonitas.
Con el paso del tiempo me he vuelto cada vez más cuidadosa con el sol, así que nunca faltan en mi maleta unas maxi gafas de estilo cat-eye para proteger la delicada zona del contorno del ojo como se merece, y crema protectora como mínimo de factor 50. Y como buena lectora empedernida que soy tampoco falta mi Kindle en mi equipaje.
¿Qué os parecen mis básicos imprescindibles para escapadas playeras? ¿Cuáles son los vuestros? ¿Os escapáis este puente? ¡Ponedme los dientes largos con un comentario! 😀