Me da un poco de vergüenza admitir que yo no fui de las que abrazó sin reservas y de las primeras ese gran avance de la tecnología que han supuesto los ebooks para los amantes de la lectura. Me encantaba eso de ser un cliché con patas y de ir proclamando a los cuatro vientos que ningún gadget conseguiría igualar al placer de pasar páginas de papel, ni reproducir el maravilloso olor a tinta de un libro nuevo.

Luego descubrí que los libros nuevos no huelen a tinta, sino a blanqueadores de papel y pegamento. Y entre eso y lo poco práctico que resulta mudarse una y otra vez con una mini biblioteca a cuestas, terminó por pasárseme el arrebato romántico y acabé rendida a las bondades de los libros de tinta electrónica.

A pesar de reconocer todas las ventajas que suponen, hay ciertos aspectos que no terminan de convencerme de esta nueva forma de consumir literatura.

La primera es la cantidad de formatos que existen y cómo los distribuidores se encargan de ponernos la zancadilla haciendo que los formatos de unos no sean compatibles con los ebooks de otros, dificultando que podamos leer un mismo libro que hemos comprado en otro dispositivo de marca diferente.

Por ejemplo, puede haber quien tenga un Kindle y compre sus libros electrónicos en Amazon, pero luego quiera leerlos en un ebook de mayor tamaño para una lectura más cómoda. Pero Amazon solo nos permite leer sus libros en sus dispositivos Kindle o en las aplicaciones para móvil u ordenador correspondientes.

Otra cosa que no me gusta nada de la forma en que están enfocadas las tiendas de libros electrónicos es el hecho de no poder regalar el contenido una vez que ya lo hemos leído. Cuando uno se compra un libro de papel y termina de leerlo, siempre puede prestárselo a algún amigo o familiar o regalarlo.

Con los ebooks, a pesar de que en muchas ocasiones pagamos el mismo precio que estaríamos pagando por el formato en papel, no podemos hacer eso porque en realidad nuestros ebooks no nos pertenecen. Cuando uno se muere puede dejar en herencia sus libros de papel a quien quiera, pero los libros digitales no son transferibles.

Entiendo que aún no se ha encontrado una medida eficaz para combatir la piratería en este sector, pero no por eso me parece justo que los consumidores tengamos que pagar el pato de no poder disfrutar libremente de algo que hemos adquirido de forma legal. Por eso creo que es importante disponer de software que nos facilite la tarea de convertir nuestros ebooks a otros formatos que nos sean más sencillos de gestionar y almacenar, como es el caso de Epubor Ultimate.

Hasta hace unas semanas yo usaba Calibre para estos menesteres, pero parece que a Calibre se le atraganta un poco el nuevo formato KFX en que se descargan los ebooks en los dispositivos más recientes, así que investigando un poco descubrí que Epubor Ultimate era la mejor alternativa.

Este programa cuenta con una versión de prueba que nos permite convertir el 20% de los libros que queramos, cuya función es básicamente demostrar que el software funciona. Si queremos por ejemplo quitar el DRM y convertir un libro completo a otro formato ya nos tocará hacernos con alguna de las licencias.

La licencia anual cuesta $29.99, pero si pagamos un poco más —$54.99 concretamente— tendremos una licencia permanente e ilimitada con acceso a futuras actualizaciones del programa.

El funcionamiento no podía ser más sencillo: una vez que tenemos el programa instalado y activado con el código que nos envían por correo al hacer el registro, solo tenemos que arrastrar a la ventana de Epubor Ultimate los libros que queramos convertir y elegir el formato deseado.

Además, como permite trabajar con lotes de varios libros a la vez, podremos convertir y almacenar toda nuestra biblioteca en tan solo unos segundos. Si como yo tenéis por ejemplo descargada la aplicación de lectura de Kindle en vuestro ordenador, solo tendréis que buscar la carpeta de vuestro sistema en que se descargan los libros e irlos añadiendo a la ventana de Epubor. O si no, también podéis conectar directamente vuestro libro electrónico a vuestro ordenador vía USB e irlos importando desde ahí.

Epubor Ultimate está disponible tanto para MAC OS como para Windows, y aunque no sea un programa gratuito, sí que es una buena alternativa para quienes no quieran estar lidiando con los plug-ins de Calibre.

¿Conocíais este programa? ¿Cómo hacéis vosotros para gestionar vuestras bibliotecas y hacer copias de seguridad?