Partamos de la base de que a mí el vídeo bajo de manda me parece uno de los grandes adelantos de nuestro siglo, una de esas cosas sin las que ya no sabría vivir, y de que soy subscriptora de todos servicios los que puedo permitirme de momento: Netflix, HBO, Prime Video.

Así que, cuando alguien en mi timeline de Instagram recomendó la app de Blackpills, me la descargué al momento con intención de investigarla con más atención cuando tuviera algo de tiempo. Pero me olvidé de ella durante varios meses. Tengo tantas aplicaciones instaladas en el móvil repartidas en diferentes carpetas que esto es algo que me pasa muy a menudo. En este caso en particular el olvido también se debió a que el móvil no es el primer dispositivo que suelo tener en mente a la hora de ponerme a ver series. Normalmente las veo en la tele o en el iPad si estoy de viaje.

Pero justo hace unas semanas me tocó combatir unas horas de espera sin más cacharro a mano que mi móvil, y acabé dando por casualidad con la carpeta en la que Blackpills había terminado olvidada. Recordé lo que le había oído en su momento a la persona que la recomendaba: que era una plataforma de series cuyos episodios duraban alrededor de los diez minutos, así que pensé que no perdía nada por probar.

Empecé con Junior. Reconozco que, por tratarse de series concebidas para ver desde el móvil, me había hecho a la idea de que la calidad sería algo más modesta que la de las series de otras plataformas. Estaba muy equivocada.

Después de devorar casi media temporada de Junior de una sentada indagué un poco sobre Blackpills en internet. Descubrí su aparente pequeño formato no es sinónimo de falta de ambición, y que han colaborado con la plataforma estrellas de la talla de James Franco, Jude Law, Zoe Cassavetes o Patrick J. Adams.

Blackpills crea y produce de forma exclusiva su contenido, y su nombre resume a la perfección su filosofía.

Píldoras por el lado de la adicción, pero adicción positiva. Todos nuestros programas son píldoras. Y negras, por la alta calidad y la parte cruda de las cosas. La idea es contar historias sin filtros ni tabúes, como en la vida real. Autofinanciamos y realizamos nuestra propia distribución de las series. No tenemos una compañía de control parental a la que reportar, o que censure nuestros programas.

Los episodios duran entre 6 y 15 minutos, por lo que tienen el formato perfecto para matar el tiempo en el autobús de camino a clase o el trabajo, o mientras esperas tu turno en la consulta del dentista. Y aunque de momento no permite la descarga para verlos sin conexión a internet, no tenemos que sufrir demasiado por quedarnos sin datos, ya que la app permite tres configuraciones de calidad de imagen diferente: alta (una hora de vídeo por GB), media (dos horas de vídeo por GB) o baja (cuatro horas de vídeo por GB).

Blackpills es un servicio gratuito que se financia incluyendo un anuncio a mitad de cada episodio, aunque por algún motivo que aún no entiendo a mí aún no me ha salido ninguno desde que uso la aplicación. En cualquier caso, tienen planeado incluir una pequeña suscripción para aquellos que prefieran no ver ningún tipo de publicidad.

De momento Junior ha sido la serie que más me ha gustado de las que he visto (he terminado también The Show, cuyo estilo me ha recordado mucho a Black Mirror, y ahora estoy con Tycoon). Pero hay mucho dónde elegir, no solo series sino también documentales, y cada semana suben contenido nuevo.

Reconozco que a mí me ha sorprendido mucho, así que os recomiendo que al menos le deis una oportunidad y os la descarguéis.