Pocos son los aficionados a la magia y el ilusionismo que no tienen por defecto una bolsa llena de gomas elásticas en algún cajón olvidado de la casa. Las rutinas de magia de cerca con gomitas son siempre una buena forma de iniciarse en el arte, porque apenas cuestan dinero y, con un poco de práctica, se consiguen efectos bastante resultones para impresionar a los amigos y familia (que suelen ser los primeros en sufrir las consecuencias de la nueva afición del interesado).
Pero no son estos los trucos que hoy voy a desvelaros, sino más bien aquellos caseros que yo he ido descubriendo a base de aprovechar y reutilizar estas divertidas gomitas que siempre tengo por casa, y que en más de una ocasión me han facilitado la vida de la forma más inesperada. ¡Espero que os gusten!