Resulta curioso descubrir que, al igual que Coco Chanel, Jeanne Lanvin empezó su carrera en el mundo de la moda como diseñadora de sombreros. Es también una curiosa coincidencia que las responsables de la creación de dos de las más importantes casas de la moda francesa perteneciesen a familias de origen más que humilde, y que ninguna de las dos fuese excesivamente afortunada en temas sentimentales. Definitivamente la pobreza y el mal de amores siempre serán un inmejorable caldo de cultivo para las labores relacionadas con el terreno creativo (hace poco una amiga pintora me dijo que no se pueden esperar grandes cosas de un artista que come bien todos los días, y puede que tenga toda la razón del mundo). 

Y otro dato curioso a tener en cuenta relacionado con el salto de Jeanne Lanvin de mera diseñadora de sombreros a diseñadora de colecciones de ropa femenina es que tuvo su origen en una colección de ropa infantil que la modista creó para su hija Marguerite-Blanche, que había tenido con su exmarido, el conde Emilio di Pietro.

Echando un vistazo a estos bocetos originales salidos de las manos de Jeanne Lanvin podemos comprobar que la maison no ha perdido en estos cien años sus principales señas de identidad. En lo que a moda infantil se refiere Lanvin sigue apostando por vestir a los niños de niños y no de adultos, con un encantador estilo clásico con toques divertidos que resulta cómodo y delicado al mismo tiempo.

Os dejo con el resto de imágenes de los bocetos originales de los diseños que Jeanne Lanvin creó para su hija.