Viendo estas imágenes de street style de la semana de la moda de París más que reflexionar sobre las tendencias para la próxima temporada solo me vienen dos cosas a la cabeza.

La primera: ¿por qué, Anna dello Russo, por qué? Hay una delgada línea que separa lo extravagante y teatral de lo llanamente hortera y ridículo: los calcetines de deporte con zapatos de tacón, o lo que es lo mismo, el zapato-calcetín de Chanel. Que sí, que lo de ponerte los taconazos con los calcetines de gimnasia tiene la ventaja de que te ahorras las rozaduras en los talones, pero para eso ya están esos maravillosos trucos que he publicado esta semana en mi videoblog en Cosmopolitan TV. En este caso la comodidad no justifica el crimen contra el buen gusto. En serio, se pongan como se pongan algunas bloggers de moda los calcetines con zapatos de tacón o sandalias no son cool. Ni siquiera los de Chanel. Ni siquiera los que tienen encajes en el borde (a menos que vivas en Harajuku y te guste disfrazarte de colegiala manga).

La segunda cosa que me viene a la mente al ver estas fotos es: ¿de verdad la climatología parisina del mes de febrero permite esos modelitos? Shorts por aquí, cropped tops por allá, blusitas livianas… No sé vosotros, pero yo al mezclar febrero y París en la misma frase lo primero que me imagino es un estilismo de los de boina chic y bufanda, y no este despliegue totalmente primaveral de encantos. Además he estado mirando las predicciones meteorológicas en la ciudad de la luz durante toda la semana de la moda y las temperaturas mínimas eran de uno y dos grados. Vale que seguro que a mediodía no hacía tanto frío, pero no me quiero ni imaginar el resto del tiempo.

La conclusión es que una foto de street style bien vale una pulmonía para todas estas chicas.

Fotos | Josefina Andrés para Vogue