He pasado de ser una adicta al maquillaje y a los productos de belleza, a buscar rutinas cada vez más simples y minimalistas. En parte ha sido un poco porque no me ha quedado más remedio después de la lata que me ha dado el tema de la dermatitis. Tengo tanto miedo de volver a tener un brote que voy con pies de plomo a la hora de probar algún producto nuevo, y prefiero jugar siempre sobre seguro.
El lado bueno de minimizar tanto mi rutina de maquillaje es que ahora no me lleva más de 5 minutos estar lista cada mañana, y eso que sigo sin renunciar a los cosméticos necesarios para poder presumir de buena cara incluso cuando no he descansado lo suficiente.
Aquí os dejo este vídeo que he subido a Instagram TV donde podéis ver el —breve— proceso paso a paso.