Tenía muchas ganas de estrenar la sección de Libros de este blog, y no se me ocurre mejor manera de hacerlo que contaros que mi mejor amiga (Azucena Fernández, a la que me habéis leído mencionar en muchas ocasiones) acaba de publicar su primera novela, Sol de julio, y yo no puedo estar más orgullosa de ella.

Siempre se ha dicho que publicar un libro es uno de los grandes hitos a los que se puede aspirar en esta vida para perdurar, junto con tener un hijo o plantar un árbol. Y aunque nada es comparable con un alumbramiento de verdad, el «parto» figurado de materializar una idea hasta convertirla en papel no es tarea sencilla, especialmente cuando se toma el camino de la autoedición.

Yo, que he sido espectadora privilegiada de todo el proceso desde que cayó en mis manos el borrador de esta novela, puedo dar buena fe de ello. Sangre, sudor y lágrimas, que se suele decir. Y aunque la sangre no haya llegado al río, sí que ha habido litros de sudor y lágrimas que se han ido transformando en tinta hasta dar lugar a este libro que ahora vosotros también podéis disfrutar tanto en tapa blanda como en vuestro Kindle haciendo click en este enlace.

Julia, la protagonista de esta historia, acaba de superar su primer año en la universidad y tiene por delante un verano en la casa de la playa de su abuela en compañía de sus dos primas favoritas, a las que hace años que no ve. Las tres lo han planeado todo al detalle para pasar unas vacaciones perfectas y tranquilas, pero la vida, como suele pasar, tiene sus propios planes.

Sol de julio es un viaje en el tiempo a una época mágica e inolvidable: el mejor verano de nuestra vida, de la mía, de la tuya, de la de todos. Los pertenecientes a la Generación X sentirán una punzada de nostalgia por aquellos meses de vacaciones estivales en que los smartphones aún no habían hecho acto de presencia, y en los que los mejores momentos de nuestra historia se inmortalizaban a escondidas en un diario y no en una cuenta de Instagram.