La creadora de Turtle Doves, Kate Holbrook, no se imaginaba el éxito que tendrían sus mitones de cashmere reciclado cuando empezó a hacerlos allá por 2009 para sus amigos y familiares. Buscaba su materia prima en tiendas de segunda mano y se hacía para ello con jerséis de este tejido que, debido a que tenían manchas o agujeros, se vendían a un precio mucho más bajo del habitual.

Animada por el buen recibimiento de su idea entre sus conocidos decidió probar suerte en una feria de artesanía que se celebraba en un colegio de su zona, y el resultado no pudo ser mejor: todos los mitones que llevó con ella ese día se vendieron en tiempo récord. Kate patentó entonces el diseño y empezó a planificarse para optimizar el proceso de producción con el propósito de montar una pequeña tienda-taller. Unos de los pasos imprescindibles para ello era mejorar los patrones para poder aprovechar el máximo de superficie de tejido posible de cada jersey que rescataban de las tiendas de beneficencia.

A Kate y a su equipo se les ocurrieron un par de iniciativas para alentar entre sus conocidos la donación de prendas de cashmere: por un lado ofrecen un par de mitones gratis a quienes les manden por correo sus jerséis (con la única condición de que de el jersey en cuestión se puedan sacar al menos dos pares de guantes); y en el caso de que tengamos algún jersey que por el motivo que sea tenga valor sentimental para nosotros, pero que se nos haya estropeado, se ofrecen a hacernos unos mitones de nuestra propia prenda para que sigamos disfrutándola de alguna manera (también con la condición de que ellos puedan aprovechar el resto del tejido para hacer al menos otro par más de mitones).

Turtle Doves se enorgullece de ser una empresa comprometida con el medio ambiente y zero waste: de cada prenda de cashmere son capaces de reutilizar hasta el 90 % en la gran mayoría de los casos, y los pequeños trozos que sobran los aprovechan para crear otros complementos de tipo patchwork, como cuellos, bufandas y ponchos.

Con los años fueron ganando en popularidad y han pasado de tener dos pequeñas tiendas a vender online en todo el mundo. A pesar de que siguen recibiendo donaciones y rescatando prendas de tiendas de segunda mano, el volumen de su negocio ha crecido hasta tal punto que el suministro de cashmere que obtenían a través de estas vías ya no es suficiente, y ahora compran sus tejidos también a comerciantes mayoristas de residuos textiles. Pero se mantienen firmes en su promesa de colaborar única y exclusivamente con proveedores que obtengan sus recursos de tiendas de segunda mano y beneficencia.

Como los accesorios de Turtle Doves se hacen a partir de las prendas que tengan en el taller en ese momento es difícil encontrar dos artículos exactamente iguales. De hecho, a la hora de comprar cualquier prenda la web nos avisa de que los colores de las imágenes son aproximados, y nos piden que detallemos con nuestro pedido si vamos a querer un tono más claro o más oscuro que el de la imagen o si por ejemplo tenemos las manos muy grandes o muy pequeñas, y ellas eligen el par que mejor crean que se adapta a lo que necesitamos entre los que en ese momento tengan disponibles.

Yo llevaba varios meses con las ganas de comprarme un par de estos maravillosos mitones de cashmere, así que aproveché que tenían algunos modelos rebajados justo después de Navidad e hice mi primer pedido. Les expliqué en un mensaje que tengo las manos muy pequeñas y que quería que los guantes fuesen de un rosa claro, y me mandaron estos que veis en la foto.

Estoy más que satisfecha con la compra, así que ya estoy pensando en darme algún otro capricho, quizá uno de los cuellos o algún poncho. Aunque no salga mucho de casa siempre puedo ponérmelo todo para sentarme a escribir y así seguro que ahorro una barbaridad en calefacción.