Aunque la colección primavera-verano 2011 de Chloé no aporta ninguna novedad que la distancie de las tendencias imperantes (tonos nude, chocolate y la gama de los marrones y tostados, líneas simples y minimalistas, vestidos largos y vaporosos que hallan su inspiración en el ballet), no quería dejarla pasar de largo. Me gusta su forma de utilizar los tejidos, y sus prendas dan la sensación de adaptarse cómodamente a la figura, como si se tratase de una segunda piel.
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Fotografías | Superficiales