Después de lo escaldada que terminé el año pasado con la Vogue Fashion’s Night Out y esas hordas de madres y quinceañeras dispuestas a matar por conseguir una bolsa de tela gratis y una copa de champán caliente, juré y perjuré que jamás volvería a poner un pie en el dichoso evento. Pero a medida que volvía a acercarse la fecha reflexioné sobre el asunto y llegué a la conclusión de que quizá la clave estuviera tomármelo con calma e ir solo a un par de eventos puntuales. Y eso es lo que he hecho.

A primera hora me pasé por la tienda de Ortega y Gasset de Salvador Bachiller, que presentaba su nueva colección a ritmo de Bollywood, con dos grupos de bailarines que se turnaban para amenizar la noche a quienes pasaban por allí en un escenario montado, tal y como ya hicieron el año pasado, en la misma puerta del establecimiento. En este enlace podéis ver un vídeo que subí a Instagram.

Siempre me han gustado los bolsos de Salvador Bachiller. Son divertidos y muy originales. Pero en esta ocasión fue en los zapatos en lo que más me fijé. Los que más me gustaron fueron los que podéis ver en la foto de la cabecera sobre un cojín morado: estilo años veinte, de acabado metalizado, con punta redonda, tira al tobillo y tacón de carrete. Además de bonitos tienen pinta de ser bastante cómodos.

Las maletas siempre consiguen sacarme una sonrisa. Son tan llamativas que son perfectas para viajar en avión, porque seguro que  a la hora de recogerlas después del vuelo las encuentras a la primera en la cinta portaequipajes. Me encantó también la colección de edición limitada de monederos y fundas con forma de tabletas de chocolate. ¡Daban ganas de pegarles un mordisco!

Después de tomarme un cóctel y disfrutar del espectáculo bollywoodiense puse ritmo a mi segunda y última parada de la noche: la joyería Perodri.

Perodri aprovechaba la VFNO para lanzar dos joyas de cuyas ventas donará el 10% a Juegaterapia.org, la asociación de la que ya os hablé en este post, que recogía consolas donadas para llevárselas a niños que estuvieran recibiendo quimioterapia.

El 10% de las ventas de los colgantes Candy, un caramelo de amatista y oro, y Toy, un caballo balancín en oro rosa, se destinarán al proyecto El jardín de mi hospi que gestiona Juegaterapia, y cuyo objetivo es construir un jardín en el Hospital 12 de Octubre para que los niños disfruten de un oasis de naturaleza y diversión mientras dure su tratamiento. Será ya el segundo jardín que construye Juegaterapia, ya que el primero está en la azotea del Hospital de la Paz.

Como veis mi VFNO ha sido de lo más tranquilita. ¿Qué tal la vuestra?