Sé que no dice mucho a favor de mi vida social el hecho de estar escribiendo esto un viernes por la noche, pero estoy tan emocionada con mi nuevo descubrimiento que no quería esperar a mañana para contároslo. Bueno, eso y que además mañana tenemos nada menos que a Ana Locking en Logroño y las bloggers de moda de la zona vamos a tener la suerte de descubrir los detalles de su nueva colección de su propia mano. Pero de este evento tan estupendo ya os contaré los detalles dentro de unos días.

De lo que hoy quiero hablaros es de uno de esos descubrimientos que hago por casualidad y que me tiene fascinada. Se trata de los esmaltes de acabado mate de IsaDora. Pero antes de nada os pongo en antecedentes.

Mis uñas son endiabladamente quebradizas. Se laminan en el borde y eso hace que cualquier esmalte de uñas se descascarille con suma facilidad en un tiempo récord. Hasta ahora solo la manicura semi permanente me aguantaba un poco más sin estropearse —unos diez días aproximadamente, aunque una vez me llegó a durar dos semanas—.

El problema es que con la manicura semi permanente —la que se seca con lámpara LED— tengo una relación de amor-odio. Por un lado me encanta porque es la única que me aguanta un tiempo decente sin estropearse, al mismo tiempo que me sella los bordes de las uñas y evita que se descascarillen. Pero por otro lado, cada vez que me la quito para volvérmela a hacer —entre lo que hay que raspar para que salga el esmalte y lo que hay que pulir antes de aplicar el nuevo— noto que las uñas se me van quedando más y más débiles. Por lo que, cuando dejo unos días de descanso entre una manicura y otra, suelen rompérseme siempre varias uñas. 

Como últimamente las notaba más blanditas y débiles de lo habitual decidí tomarme unas vacaciones con respecto a la manicura permanente y optar por hacerme una manicura normal.

Me animé a probar los esmaltes de acabado gel de IsaDora que me prometían unas uñas perfectas durante casi diez días. Pero no tuve buena suerte con ellos porque mis uñas empezaron a laminarse otra vez por los bordes y al tercer día ya tenía dos descascarilladas.

Pero como después de la semi permanente las uñas se me quedan un poco feas —¿os pasa a vosotras también?— y no podía dejarlas sin pintar, aproveché para probar también uno de los esmaltes de acabado mate que han lanzado para este otoño. Usé una prebase transparente de secado rápido, también de IsaDora, di dos capas de color y sequé con un spray secante de Flormar.

No me molesté en dar top coat porque no tenía a mano ninguno de acabado mate y porque estaba totalmente resignada a que la manicura me durase solo un par de días, y no quería emplear demasiado tiempo en algo que al fin y al cabo me iba a durar tan poco.

Pues bien, esto fue el lunes. Me hice esta manicura de acabado mate el lunes, y hoy viernes sigue estando impecable a pesar de que no he tenido ningún cuidado especial con ella durante estos días. De hecho en dos ocasiones hasta me tocó fregar los platos sin guantes. Pero aquí siguen mis uñas con su esmalte perfecto al pie del cañón a pesar de no haber usado ni siquiera top coat.

El tono es el 820 Soft Skin, que me encanta porque me parece muy discreto y elegante, perfecto para cualquier ocasión. Pero tengo también el 821 Green Planet y el 824, y ya estoy deseando ponerlos a prueba también.

(Por si alguna despistada no lo sabe, los productos de la marca IsaDora los distribuye en España en exclusiva la cadena Douglas). 😉