Hace unos meses estuve en Berlín para asistir en la feria tecnológica IFA a la presentación del Mate S de Huawei. Lo bueno de los viajes de prensa es que no todo es trabajo y suele haber tiempo para hacer alguna actividad divertida o incluso un poco de turismo. Y en este viaje en concreto la actividad que nos tenían preparada era un trabi safari, es decir, un recorrido por los principales puntos turísticos de la ciudad a bordo de los clásicos Trabant 601. ¡Toda una aventura!

Apuntarse a un trabi safari tiene varias ventajas. La principal es que te da la oportunidad de visitar los enclaves más interesantes de Berlín en poco más de una hora, por lo que se convierte en una opción a tener en cuenta para quienes disponen de tiempo limitado en la ciudad. En nuestro caso el recorrido duró casi el doble porque éramos una caravana de bastantes coches y era inevitable que a los últimos les pillaran algunos semáforos en rojo o se despistaran y se perdieran, y tuvimos que parar varias veces a lo largo del recorrido para reunirnos antes de seguir la marcha.

En el coche que lideraba la caravana iban nuestra guía alemana y una traductora que se encargaba de hacer lo propio, y cuyas explicaciones sobre los monumentos por los que pasábamos nos llegaban a los demás coches a través de un sistema de radio.

Conducir un Trabant 601 es toda una experiencia, sobre todo si eres un apasionado de los coches clásicos y antiguos. Sin embargo el interior de los coches no es precisamente lo que se dice espacioso. Mi acompañante en esta aventura, Joaquín Alviz de Clipset, era bastante alto y ya veréis en el vídeo lo encajonado que iba el pobre en el asiento del conductor durante el rato que le tocó ejercer como tal. Yo como soy más bajita no tuve ese problema, aunque aprender a manejar la palanca de marchas y lidiar con el tráfico del centro de Berlín es una combinación para la que se necesitan nervios de acero.

Otra ventaja de elegir este tipo de actividad es que si vamos al menos en un grupo de cuatro personas el precio es razonable (desde 34€ por persona).

Si hay que tener una cosa clara a la hora de subirse unirse a un trabi safari es que no es una experiencia apta para tímidos. Los coches están decorados con dibujos y estampados muy llamativos y es imposible pasar desapercibido mientras conduces uno de ellos. Cada vez que nuestra caravana se paraba en algún semáforo o en algún punto turístico mucha gente se acercaba a nosotros para fotografiarse con los coches.

En resumen puedo afirmar que es una experiencia peculiar y muy divertida, tal y como podréis comprobar por las risas que nos echamos Joaquín y yo en el vídeo que os dejo a continuación. El único aspecto no tan positivo del trabi safari es el tema de la ventilación dentro del coche: no sé cómo ni por qué pero acabé con el pelo y la ropa oliendo muchísimo a gasolina. Menos mal que me dio tiempo de pasar por el hotel a ducharme antes de la cena.

El vídeo está grabado con un Huawei P8 y editado con KineMaster en el propio móvil. Es lo que tienen las maravillas del mundo moderno, que ni ordenador hace falta ya para editar vídeos para Youtube. 😉