Ante el eterno dilema veraniego de elegir bañador o bikini la respuesta va variando en función de la edad, como es natural. Puede que las más jovencitas antepongan las tendencias  cualquier otra cosa y no se cuestionen si ese bikini cuyo corte está tan de moda sea precisamente el que más le favorece. Pero a medida que se van dejando atrás los veinte la moda queda en segundo plano —incluso para las más fashionistas— en pos de encontrar ese traje de baño con el que nos sentimos estupendas.

Yo hace mucho que soy del equipo bañador, y los bikinis los he dejado relegados para cuando voy a algún spa a darme un masaje, ya que en esos casos sí que es más cómodo llevar una prenda que deje la espalda libre.

Pero para la playa o la piscina soy una incondicional absoluta de los trajes de baño de una sola pieza. Me veo mucho más favorecida, y encima no tengo que ir pendiente de que un mal movimiento haga que la tela se mueva de su sitio y me deje en evidencia.

Además, un bañador puede usarse a modo de body, y bastará con añadirle unos shorts y los accesorios adecuados —como unas sandalias joya y un par de pulseras— para estar perfectas para ir a comer una paella deliciosa a nuestro restaurante favorito del paseo marítimo, o para bailar en la fiesta del chiringuito más cercano.

Precisamente sobre este debate entre bikinis y bañadores al que nos enfrentamos las mujeres cada verano hemos reflexionado las cuatro bloggers del COSMOjurado en nuestro último post, y os invito a que lo leáis en este enlace.

¿Y tú, eres más de bañador o de bikini?