House of Marbles fue uno de los primeros lugares turísticos que visité desde que llegué a Torquay hace unos meses, y debo reconocer que se trata sin duda de un sitio muy curioso, con permiso del Time Travellers Museum de Totnes del que os hablaba la semana pasada. Al margen de aquella entrañable exposición de juguetes antiguos, lo que realmente me llamó la atención fue el hecho de poder ver a los artesanos del vidrio mientras trabajaban, dando forma a todo tipo de creaciones.
Nunca antes había tenido la oportunidad de ver este tipo de trabajo artesanal en persona, y me fascinó tanto que incluso hice este pequeño vídeo que publiqué en Twitter.
Viendo a los artesanos trabajar el vidrio en @HouseofMarbles ❤️ #travel #viajar pic.twitter.com/OYW87spGan
— Carmen Velarde (@blogdeLaBruja) 28 de septiembre de 2016
Aunque a raíz de mi mudanza internacional me he vuelto partidaria casi por obligación de la decoración minimalista, tampoco quiero pecar de caer en el extremo totalmente opuesto y que mi nuevo piso sea excesivamente frío e impersonal. Y desde mi visita a House of Marbles he estado navegando por internet en búsqueda y captura de algunas piezas de vidrio decorativo que le den un toque de color a mi casa, en la que de momento predominan solo los tonos neutros.
De esta forma ha sido como he acabado encontrando estas exquisitas piezas de cristal craquelado que podéis ver en las imágenes que acompañan al post, y que hoy he querido compartir con vosotros.
Y lo mejor de todo es que no hace falta que vengáis hasta Inglaterra para haceros con estas maravillas de cristal, porque podéis conseguirlas en la boutique de la Casa Batlló en Barcelona o en su tienda online.
Están inspiradas en el trencadís, que es el mosaico creado a partir de fragmentos de azulejos unidos con argamasa, tan característico de las obras de Gaudí.
Cuenta una anécdota de la vida de Gaudí, que el artista acudió al taller de Lluís Brú —ceramista y escenógrafo del modernismo catalán— y al ver cómo colocaban las baldosas cerámicas cogió una y una maceta y las rompió diciendo: ¡A puñados se tienen que poner, si no, no acabaremos nunca!
El precio de estas pequeñas obras de arte es más que asequible y podemos encontrar piezas desde 6€ que son las excusa más que perfecta para concedernos un capricho y darle un toque modernista y lleno de color a nuestra casa.
Y creo que son también un buen regalo ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina, o si simplemente estamos haciendo turismo por Barcelona y queremos llevarnos un bonito recuerdo.
Yo ya tengo fichados un par de jarrones para utilizarlos a modo de portavelas: la nota romántica perfecta para las cenas en casa ahora que el frío no invita mucho a salir.
Que bonitos y originales
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