Por fin ha llegado el buen tiempo a Torbay, y Edu y yo nos hemos propuesto para este año aprovechar tantos fines de semana como el sol nos permita para descubrir los sitios bonitos/interesantes/curiosos/divertidos de Devon, que afortunadamente son bastantes por esta zona.

El sábado pasado fuimos a visitar el Miniature Pony Center, en el Parque Nacional de Dartmoor, una granja con distintas actividades enfocadas para público familiar en la que los indiscutibles protagonistas eran obviamente los ponis.

Hace años montaba a caballo, pero nunca he tenido mucho contacto con ponis en particular. Después de este fin de semana me queda claro por qué tanta gente quiere tenerlos como mascotas: son unos animales absolutamente adorables y de lo más cariñoso.

Ya que estábamos por allí aprovechamos también para visitar Bovey Castle —una mansión jacobina reconvertida en hotel de 5 estrellas— y pasamos también por el centro de Moretonhampstead para ver su iglesia.

Mi plan era ir subiendo vídeos cortitos a mis Stories de Instagram a lo largo del día, pero entre los encantos de la Inglaterra rural no está la buena cobertura móvil en general, así que fui grabando los vídeos con la idea de subirlos todos al recuperar la cobertura.

Al final se me ocurrió juntar todos los vídeos en un solo videoblog para poder compartirlo también por aquí y que no desapareciesen de mi perfil 24 horas después de publicarlos, pero como había grabado todo pensando en publicarlo en Instagram los clips eran verticales, y el resultado ha sido este vlog vertical, que disfrutaréis más si véis desde el móvil y a pantalla completa.

(Antes tenía muchos prejuicios sobre los vídeos verticales, pero la verdad es que la mayoría consumimos este tipo de contenidos desde nuestros móviles y tablets, y en el caso de los móviles lo natural y cómodo es sujetar nuestro smartphone en vertical).

Decidme si os gusta este formato y así me animo a hacer más vídeos de este tipo para ver desde el móvil.

P.D.: Nos hizo mucha gracia encontrarnos la carretera llena de estos “buzones” de los que te podías llevar huevos a cambio de dejar £1,10 en su lugar. Nadie los vigilaba, se dejaba a la honradez de los que pasaran por allí la responsabilidad de dejar el dinero correspondiente según los huevos que te llevabas. No pudimos evitar bromear sobre lo poco que iban a durar los huevos si se intentara algo así en España: seguro que algún aprovechado se llevaría todos los huevos del buzón y las monedas que otros hubieran ido dejando.