Lo mío con la depilación láser fue un quiero y no puedo. Hace unos años tuve la oportunidad de probar un aparato para hacerme la depilación láser en casa, pero no fui capaz de terminar el tratamiento porque incluso el nivel más suave del láser me resultaba bastante molesto. Supongo que tuvo mucho que ver el hecho de que las zonas de las que yo quería eliminar el vello por siempre jamás eran las ingles y las axilas, que ya son bastante sensibles de por sí. La solución pasaba por aplicar una crema anestésica antes de cada sesión de láser, pero al final la pereza terminó ganándome el pulso y desistí en el empeño.

Algunas amigas me aconsejaron que probara suerte con alguna depiladora de luz pulsada, prometiéndome que serían mucho más benévolas que el láser con mis pobres ingles y axilas, pero en aquel momento me pareció que había tenido suficientes dosis de depilación por una buena temporada y preferí volver a la cuchilla de toda la vida.

Y en esta ocasión ha sido gracias a Panasonic y su nueva depiladora ES-WH80 que me he animado a probar suerte con la luz pulsada, y después de usarla durante varias semanas he querido contaros en este post mis primeras impresiones. 

Lo que primero me sorprendió de esta depiladora ES-WH80 nada más sacarla de su embalaje es que tiene un tamaño y un diseño bastante ergonómico. Por su forma resulta bastante cómoda de utilizar, incluso en zonas como las axilas y las ingles, que son las zonas para las que la estoy utilizando.

Lo primero que tenemos que hacer, obviamente, es cargarla. En unas tres horas tendremos la batería a tope y la depiladora lista para emitir unos 600 disparos de luz de una sola carga. Para que os hagáis una idea con eso tendríamos suficiente para depilarnos, no solo ingles y axilas, sino también medias piernas. Como yo no la estoy usando en las piernas con una sola carga tengo para usarla en dos sesiones. Creo que me daría también para una tercera porque no son zonas extensas, pero como soy una maniática de cargarlo todo siempre a tope para no quedarme a medias de nada por culpa de la batería, no he llegado a comprobarlo.

El siguiente paso una vez que tenemos lista la depiladora es preparar nuestra piel. A pesar de que hablemos en todo momento de depiladora IPL, lo cierto es que no es una depiladora en el sentido estricto de la palabra, ya que no arranca ni corta nuestro vello, sino que actúa sobre el folículo piloso quemándolo y debilitándolo para reducir su crecimiento. Por ello, antes de usar la depiladora IPL de Panasonic tendremos que rasurar con una cuchilla la zona que vayamos a tratar. Además la piel deberá de estar completamente seca y limpia, sin rastro de cremas ni lociones.

Antes de ponernos manos a la obra con la primera sesión debemos hacer una prueba de sensibilidad en la zona en la que vayamos a usar la depiladora. Para ello haremos un disparo de luz a la potencia más bajita, y esperaremos dos días prestando atención para ver que no haya ninguna reacción adversa.

Dos días después ya podremos usar la depiladora IPL en toda la zona. Para que la depiladora emita un disparo de luz tendremos que colocar el cabezal completamente apoyado sobre la piel y presionar suavemente. Después del disparo de luz podemos levantar el cabezal, y un pitido nos dará la señal de que la depiladora está lista para un nuevo disparo. Solo tenemos que desplazar el cabezal y volver a disparar.

Tras el primer uso noté de forma inmediata dos ventajas importantes de esta depiladora IPL de Panasonic frente al aparato de depilación láser en casa que probé hace unos años. La primera es ¡que no duele nada! Solo noté un poco de calor en la zona en cuestión, pero nada de dolor. De momento la he estado usando en el nivel 1 (tiene 5 niveles), pero ya en la siguiente aplicación voy a subir al nivel 2, que se supone que molesta un poco más pero también es más efectivo. Cada vez que queramos subir de nivel tenemos que acordarnos de hacer la prueba de sensibilidad con 48 horas de antelación, para asegurarnos de que nuestra piel no se irrita con el nuevo nivel de potencia.

La segunda ventaja que le vi enseguida es el tamaño de su cabezal, que es el tamaño adecuado para poder hacer grandes zonas en muy poco tiempo, pero sin por ello perder la precisión necesaria. Yo tardo unos diez minutos en hacerme las axilas y las ingles. ¡Solo diez minutos!

Para estas dos zonas en cuestión el tratamiento consiste en una sesión semanal durante los primeros tres meses, para después pasar a una sesión cada dos semanas. Desde la tercera semana ya he empezado a notar cambios: el vello crece mucho más despacio y de forma más débil, a pesar de que no llevo demasiado tiempo usando la depiladora y de que la estoy utilizando en su nivel más suave.

De momento estoy bastante satisfecha tanto con la comodidad a la hora de usar este gadget de belleza, como con los resultados que voy notando, y creo que esta vez no me va a costar nada terminar el tratamiento. Además, lo mejor de tener el aparato en casa es que, una vez terminado el tratamiento, puedo volver a hacerme todas las sesiones que hagan falta en el caso de que siga habiendo pelitos rebeldes que se resistan a abandonarme, que sé que a veces pasa.

¿Qué os parece esta nueva depiladora IPL de Panasonic? ¿Os gustaría probarla? ¡Pues no perdáis de vista mis próximos posts porque estoy preparando un súper sorteo! 😉

De momento podéis encontrar más información al respecto en la web de Panasonic, o también podéis pasar por sus perfiles de Facebook y Twitter.

Os dejo también con un vídeo para que veáis la depiladora en acción. 😉