Los vestidos camiseros son mi prenda comodín para esas complicadas transiciones de armario de las épocas de entretiempo. Si aprieta el calor pueden llevarse sin medias, con unos mocasines o bailarinas, e incluso sandalias. Y si de repente la primavera rebobina unos meses y nos sorprende con una inesperada mañana de temperaturas invernales podemos echar mano de unas medias bien tupidas o unos leggings y nuestros botines favoritos, y el resultado sigue siendo cómodo pero muy femenino. 

El compañero inseparable de todos mis vestidos camiseros es siempre un cinturón largo lo suficientemente flexible como para poder doblarlo y anudarlo con facilidad. Y aunque el nudo que suelo hacer varía en función de las prisas que tenga y de lo creativa que me sienta ese día, sí que es cierto que tengo varios favoritos, que son precisamente los que he reunido en mi Cosmoclip de esta semana.

Están ordenados de menor a mayor dificultad, empezando por los que se hacen en milésimas de segundo y casi sin pensar por pura intución, hasta terminar en algunos un poco más elaborados perfectos para cuando el cinturón es un poco más largo del a cuenta. ¡Espero que os gusten!