Una de las cosas que más me gusta del verano es que, como la piel suele tener un tono más saludable, puedo reducir a mínimos absolutos mi rutina de maquillaje. Es un verdadero alivio poder prescindir por ejemplo de la base de maquillaje durante estos meses, ya que en general no se trata de un producto que se lleve demasiado bien con las altas temperaturas veraniegas.
El de la base no es el único paso en esta época del año: también aprovecho para ignorar olímpicamente mi máscara de pestañas habitual. La sustituyo por un poco de gel transparente y una buena dosis de rizador. De esta forma mi maquillaje veraniego es completamente todoterreno, y si de repente me da por improvisar y termino pasando la tarde en la playa, no tengo que andar preocupada por no mojarme la cara si quiero darme un chapuzón y no salir del agua convertida en oso panda.
Otra de las ventajas indiscutibles de este maquillaje de efecto no-makeup es que se hace usando muy poquitos productos, puesto que algunos de ellos son multiusos muy prácticos que nos sirven para cosas diferentes. De este modo podremos viajar con un neceser de lo más minimalista si estamos pensando en irnos de vacaciones. ¡Espero que os guste!