La primera vez que vi el adaptador de corriente de un MacBook Pro no pude evitar pensar en lo absurdo que era que nunca antes nadie hubiese caído en la cuenta de añadir un imán a la parte del portátil en la que se conectaba el cable. Era una solución tan eficaz y a la vez tan simple que parecía obvia, aunque por algún motivo nadie antes de Apple se había parado a pensar en ello. Una sensación parecida he tenido durante los últimos meses al tener en mis manos algunos productos que Bourjois ha ido lanzando al mercado.

El primero fue la pinza para pestañas postizas del pasado otoño. Solo quien ha bregado con una pinza tradicional para colocarse unas pestañas postizas sabe lo incómodo que puede llegar a ser. A veces las pinzas metálicas requieren que ejerzamos demasiada presión para que no se escapen las pestañas, y hay que andar con mucho cuidado para no presionar demasiado con la punta y terminar tuerta. Luego venía la parte de apretar la base de las pestañas contra el borde el párpado con un palito de naranjo, lo que añadía otra herramienta más al proceso.

Pero entonces llegó Bourjois y nos leyó la mente a todas las que abusábamos habitualmente del vicio de las pestañas postizas y nos sorprendió con una pinza de plástico, ligera y suave, con un extremo curvado perfecto para agarrar firme pero delicadamente cualquier tipo de pestañas. Y para redondear el invento hizo que el extremo opuesto imitase el acabado biselado de los palitos de naranjo. Colocarse unas pestañas XXL era gracias a esta herramienta materia para dummies.

Hace años que uso los ya típicos botes de quitaesmalte que contienen una esponja de látex en su interior, en los que tan solo hay que meter el dedo y girarlo un poco para desmaquillar la uña. Los he usado de muchas marcas, pero a la hora de quitar el esmalte de uñas de los pies no me quedaba más remedio que echar mano de un buen puñado de algodones, algo muy engorroso sobre todo a la hora de viajar. Pero hace unos meses me encontré con que a los chicos de Bourjois les había dado por solucionarme el problema añadiendo un nuevo trozo de esponja al tapón precisamente con el propósito de facilitar el desmaquillado de las uñas de los pies.

Y por último no quería terminar este post sin mencionar la máscara Twist up the volume, que se ha convertido en mi favorita de este verano. La mayoría de nosotras tenemos una máscara de pestaña que nos gusta por su acabado natural para el día a día, y otra que nos deja las pestañas mucho más recargadas para llevar cuando nos arreglamos un poquito más. Con Twist up the volume yo llevo las dos en un mismo producto gracias a su ingenioso cepillo de goma que se retuerce sobre sí mismo al girar el extremo del tapón. De esta forma podemos usar el cepillo estirado si queremos cerdas más separadas que dejen más cantidad de producto sobre las pestañas, o retorcerlo si queremos cerdas más tupidas que separen bien nuestras pestañas. Yo a veces combino las dos posiciones: primero doy una capa con el cepillo retorcido y luego añado una segunda con el cepillo en posición normal.

¿Qué os parecen estos productos de Bourjois? ¿Habéis probado alguno? ¿Hay algún otro gran invento beauty que os haya solucionado la vida? ¡Compartidlo en los comentarios! 😀

P.D.: Que conste que esto no es un post patrocinado ni nada por el estilo. Son productos que llevo usando varios meses y de los que tenía muchas ganas de hablaros. 😉