Cuando uno viaja con la intención de hacer turismo normalmente lo único que le pide a su alojamiento es que esté bien ubicado y que sea apto para descansar después de una jornada de excursiones. Pero no es lo mismo escoger un hotel para ir de vacaciones que reservar un lugar en el que vas a vivir quizá durante varias semanas mientras estás buscando piso en una nueva ciudad.

Cuando a principios de verano me puse a buscar un hostal para nuestras primeras semanas en Torquay no fui demasiado exigente: queríamos un sitio con parking para dejar el coche, con habitaciones espaciosas para no tener que dejar el maletero cargado con todas las cosas de la mudanza y que no se saliera del presupuesto que teníamos calculado por día, ya que no sabíamos a ciencia cierta cuánto tiempo íbamos a tener que quedarnos allí.

El abanico de opciones era bastante reducido dado que agosto es plena temporada alta en esta zona costera en la que veranean tantísimos británicos y no británicos. Pero entre las posibilidades a mi alcance me encontré con Serendipity Guest House, y como tenía muy buenos comentarios en Booking me decidí por ellos y reservé.

La experiencia en este encantador Bed & Breakfast ha sido estupenda, así que tenía muchas ganas de compartir el descubrimiento con vosotros por si os animáis alguna vez a visitar esta zona tan bonita de Inglaterra y buscáis alojamiento por aquí.

La habitación en la que nos alojamos nosotros era bastante espaciosa y estaba impecable. Teníamos cama doble e incluso un sofá cama, un escritorio desde el que poder trabajar con mi portátil y una pequeña nevera para enfriar bebidas.

Al igual que en la mayoría de hostales de este país, teníamos un hervidor eléctrico de agua y un surtido de tés, cafés y chocolate para prepararnos sin tener que salir de la habitación. Además, cada día nos dejaban una botella grande de agua fría (gratis) y un tarro lleno de deliciosas galletitas de mantequilla y chocolate que rellenaban también cada mañana.

Nos limpiaban la habitación y nos cambiaban las toallas a diario. Una mañana que nos despertamos algo más tarde de lo habitual y de la hora en que limpiaban las habitaciones, nos encontramos con que nos habían dejado en la puerta toallas limpias y otro tarro lleno de galletas.

Mike y Amanda son los anfitriones y encargados de que Serendipity sea tan acogedor. ¡Y son unos artistas del desayuno! El desayuno tenía una parte de buffet —con fruta fresca, yogures, leche, cereales…— y otra parte con platos calientes típicos ingleses que había que encargar con antelación. Cada día, antes de las 20h teníamos que rellenar un pequeño formulario eligiendo los platos calientes que íbamos a querer desayunar al día siguiente y la hora a la que teníamos previsto estar en el comedor. De esta forma Mike y Amanda podían tener listos los ingredientes y cocinar en cuanto nos sentábamos a la mesa. ¡Todo riquísimo, casero y 100% british!

Aunque los desayunos eran espectaculares, lo mejor del lugar sin duda son los anfitriones, de una educación y amabilidad exquisita y siempre dispuestos a ayudarnos con todo lo que necesitamos durante esos días.

Si os animáis a venir a conocer Torquay y queréis quedaros en un sitio en el que sentiros como en casa, no lo dudéis: ¡Serendipity Guest House!