Supongo que no es ninguna locura pensar que algunas colecciones de las que vemos sobre las pasarelas hayan nacido a raíz de un qué te apuestas. La tendencia que más me lo hace sospechar este otoño es la que ha convertido a los tejidos barrocos en lo más de lo más, y no puedo evitar imaginarme a un Domenico Dolce retando a un Stefano Gabbana con un ¿qué te apuestas a que este año pongo de moda reciclar la tapicería de los sofás para hacer vestidos?
Y es que no hay temporada en la que la moda no nos sorprenda al menos con media docena de tendencias que tienen una puesta en escena espectacular y arrancan elogios extasiados a los asistentes durante los quince minutos de desfile, pero que a la hora de la verdad las consumidoras de a pie no sabemos muy bien por dónde cogerlas. Porque por mucho que los egoblogs traten de convencernos, ni somos Anna dello Russo ni podemos vestir como ella para ir cada día a la oficina.
¿Qué hago entonces si soy una apasionada de la moda, pero ni mi bolsillo ni mi estilo de vida me permite copiar los looks de la pasarela? Seguir leyendo y usar tu sentido común, por supuesto.
Ver un tres piezas cargado de brocados hasta el último centímetro puede proporcionar un aire suntuoso a cualquier modelo de 1,80 y talla 36, pero si te quitan veinte centímetros de altura y te ponen tres tallas más sin restar brocados el resultado de la fatídica ecuación puede ser bastante ridículo, y es posible que en lugar de en una dama de la corte del Rey Sol termines convertida en un sofá de Versalles. ¿Cómo pasar la prueba de lucir con dignidad una prenda confeccionada en tejido de aire barroco?
Para empezar, no te dejes engañar por el aparente exceso que predica la tendencia, y graba a fuego en tu monólogo interno la máxima del menos es más. Al igual que en cualquier tipo de estampado llamativo (estampados animales y geométricos psicodélicos también nos valdrían como ejemplos), mejor que sea una sola la prenda que lo lleve, y que esa prenda no llame la atención sobre alguna zona conflictiva de tu anatomía. Si tienes unas caderas muy curvilíneas no llames la atención sobre ellas con unos pantalones pitillo con brocados dorados, y tres cuartos de lo mismo si tu pecho es demasiado generoso. Es de cajón, pero algunas veces en nuestro ímpetu por estar a la última lo olvidamos.
Cuando por fin decidas por qué prenda de estilo barroco vas a apostar, déjale absolutamente todo el protagonismo rodeándola de otras en colores neutros. El negro siempre es una buena opción. Y si lo que buscas es un vestido de fiesta para Navidad o para alguna ocasión especial, y quieres lucir uno dentro de este estilo, mejor que sea corto. La única excepción durante la que sí podrás llevar un vestido largo con estampados barrocos será durante tu posado sobre la alfombra roja la noche de la entrega de los Oscars. ¿Cómo? ¿Que no vas? Yo tampoco, por eso he fichado estos dos vestidos cortitos, el de la izquierda es de ASOS y el del centro de Topshop. Los pantalones de la derecha son de ASOS también.
Pero si a pesar de todas tus ganas de ir a la última al final la timidez te gana el pulso, insisto en que la mejor manera de actualizar nuestro fondo de armario cada temporada es a través de los accesorios y complementos. Y además es la más económica.
Un look formado por prendas básicas y atemporales puede reinventarse de forma sorprendente si le añadimos un bolso nuevo o un par de piezas de bisutería estratégicamente seleccionadas, o incluso una funda para el móvil o el iPad.
¿Y tú? ¿Te atreves con una chaqueta de terciopelo y brocados, o prefieres un pañuelo o diadema de aires barrocos?










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