Hay quien no tiene miramientos en ser infiel a su perfume de invierno con fragancias más frescas cuando aprieta el calor, y aunque es verdad que yo en esta época del año cada vez me inclino más hacia las notas cítricas, también es cierto que de vez en cuando me apetece seguir usando mis perfumes dulzones habituales.
Sin embargo no es buena idea mezclar temperaturas altas y fragancias intensas, sobre todo en ambientes cerrados o en lugares de trabajo, en los que un olor demasiado intrusivo puede resultar de lo más desagradable para aquellos que nos rodean. Para estos casos yo echo mano de un truco que consiste en fabricarme polvos corporales perfumados personalizados. ¿Cómo? Te lo explico paso a paso y con detalles en mi Cosmoclip de esta semana.
Los perfumes gourmand son mis favoritos y desde que retiraron del mercado el agua perfumada de algodón de azúcar de Pupa lo más parecido que había encontrado es el perfume Pink Sugar de Aquolina. Sin embargo este último resultaba mucho menos sutil que el de Pupa, algo a lo que puse remedio usándolo para hacer polvos perfumados tal y como has podido ver en el vídeo.
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Esta semana me han hecho una entrevista para la web de InfluenZia en la que cuento algunas anécdotas sobre los inicios de mis andaduras como bloguera, si te apetece puedes leerla en este enlace. 🙂
Buena idea
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