En mi Cosmoclip de esta semana os cuento un par de trucos de esos que vienen bien en muchas ocasiones diferentes a la hora de maquillarnos. Estos trucos, tan prácticos como sencillos, permiten transformar en unos segundos una brocha de polvos en una biselada para aplicar con precisión polvos bronceadores, o en una tupida y de acabado redondeado perfecta para trabajar el colorete sobre los pómulos.
Estas ideas vienen de maravilla por ejemplo para cuando viajamos y queremos llevar en nuestro neceser lo mínimo e imprescindible, o para cuando no tenemos a mano por el motivo que sea nuestras brochas favoritas de maquillaje.
Todo lo que necesitaremos —además de la brocha para polvos— será una horquilla y una gomita elástica pequeña. ¡Espero que os gusten estas ideas! 🙂