Es fácil despistarse y terminar usando esa sombra de ojos en crema que lleva sabe Dior cuánto tiempo sepultada bajo mil productos en el fondo de nuestro neceser. Pero ese pequeño despiste, que muchas veces nos parece sin demasiada importancia, puede costarnos algún que otro disgusto —y lo digo por propia experiencia—. Porque puede que no nos pase nada por usar una base de maquillaje un poco caducada, o que solo nos salga un pequeño sarpullido en el peor de los casos, pero la cosa es un poco más delicada por ejemplo en lo referente a los productos que están en contacto con los ojos. Con este tipo de cosméticos, una vez pasada la fecha de consumo desde la apertura, los conservantes dejan de cumplir su función y las bacterias empiezan a campar a sus anchas, degradando el producto y haciéndonos correr el riesgo de terminar con una conjuntivitis.
Y peores consecuencias puede tener usar un protector solar caducado, ya que este tipo de productos directamente pierden toda su capacidad protectora una vez pasada la fecha de caducidad.
Normalmente la fecha de consumo recomendado desde la apertura viene indicada en meses en el propio producto o en el envase, pero puede que os pase como a mí y que muchas veces tiréis las cajas y no recordéis cuántos meses decía la marca que teníais de margen para terminar el cosmético en cuestión. Por eso he querido hacer en mi Cosmoclip de esta semana un pequeño manual que podáis consultar cuando tengáis dudas sobre cuánto va a tardar en caducar ese nuevo producto que acaba de incorporarse a vuestra colección.
Lo que sí que hago yo siempre es escribir sobre el bote con un rotulador permanente la fecha en que he empezado a utilizarlo. De esta forma, y siguiendo las referencias de las que os hablo en el vídeo, suelo tener el tema de la caducidad más que controlada. 🙂