Viajar en avión sin facturar equipaje, únicamente con lo que nos cabe en la maleta de mano, tiene muchas ventajas. Además de permitirnos encontrar billetes mucho más baratos, no tendremos que aburrirnos esperando junto a las cintas portaequipajes hasta que a nuestra maleta aparezca —eso siempre y cuando a la aerolínea no le dé por perdérnosla, con todos los quebraderos de cabeza que eso supone—.
Además, no sé si os pasa a vosotros también, pero yo me he dado cuenta de que cuando viajo con una maleta enorme —llena de por si acasos— normalmente vuelvo a casa habiendo usado tan solo una tercera parte de lo que llevaba. Es decir, que podemos sobrevivir perfectamente a unas vacaciones con muchas menos cosas de las que creemos que vamos a necesitar. Así que mejor hacer el esfuerzo de pensar en la ropa que realmente vamos a ponernos para viajar lo más ligeros posible de equipaje.
Solo se me ocurren dos inconvenientes a viajar únicamente con maleta de mano. El primero es el asunto de las restricciones respecto a los líquidos. No me importa hacer un alarde de minimalismo en lo que a ropa y accesorios se refiere, pero me cuesta bastante simplificar mi neceser incluso a la hora de viajar. De momento la única solución que he encontrado ha sido la de intentar buscar productos multiusos y llevar conmigo únicamente aquellos cosméticos o tratamientos específicos para mi piel o bien de precio más elevado, y comprar productos como el champú, el acondicionador, hidratante corporal o protectores solares al llegar a mi destino.
El otro inconveniente que tenía hasta hace algún tiempo es que puede ser todo un reto guardar vestidos —sobre todo aquellos largos y vaporosos— en una diminuta maleta de mano y esperar que lleguen sin arrugas. Afortunadamente encontré una solución simple y eficaz para este inconveniente, y eso es precisamente lo que os muestro en mi último Cosmoclip.
Para terminar con un poco de humor os dejo con esta viñeta de Moderna de pueblo que además de ser divertida viene perfecta para la ocasión.
Yo creo que estoy cada vez más cerca de ser talla M de maleta, aunque a veces me despisto y termino en una L. ¿Y vosotros, qué talla de maleta sois? 🙂






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